◐Capitulo 4◑

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El día no ha sido agradable, no desde que Liza se fue al ver mi cambio de humor; deje que la soledad me inundara. He escuchado que Jenna saldrá con sus amigas todo el día y eso me da más tiempo a solas, mientras mama no regrese del trabajo o suceda algo que me interrumpa.

Siento el aire circular desde mi ventana abierta; la noche se acerca, las estrellas aparecen una a una, me pregunto si ellas temen desaparecer o un día no poder brillar.

La luna esta hermosa; tiene la belleza que enamora a cualquiera y parece tener todas las respuestas a mis problemas; pero con solo verla no puedo saberlo.

Salgo al balcón, dejándome apapachar por su luz, sintiéndome más querida que nunca, libre de todo; los mismos sentimientos que tenía hace varios años, cuando mi vida estaba basada en las aventuras que vivía en el colegio; cuando nada me importaba mientras tuviera comida cuando tenía hambre y pudiera dormir cuando tenía sueño. Creo que a pesar de todo lo malo que pudo rodearme, sentía esta calidez, de la misma forma en que la siento ahora.

Pensar en lo malo es terrible, es agobiante, incluso cuando no me dejaba vencer por nada; he llorado más en las últimas 24 horas que durante todo un año.

El ruido de la puerta trasera me sobresalta; me pongo de pie sigilosamente y camino hacia el ruido; mis pasos hacen rechinar la madera; aun cuando trato de ir lo más silencio posible. Abro la puerta del comedor lentamente. Puedo sentir el aire entrando desde la puerta abierta del patio, pero no hay nadie, la habitación está vacía, cierro la puerta asegurándola con llave y entro a la cocina por algo de comer. Las ventanas están abiertas; todas; y la puerta del frente está abierta de par en par. Si me quieren asustar, está funcionando.

Cierro todo; asegurándolo con llave y registrando cada rincón. Verificando que no haya nadie escondido.

Me dejo caer en el sillón, recostándome sobre mi espalda, un poco asustada; el ruido de un coche me sobresalta; veo a través de la ventana esperando ver a mi madre o a Jenna.

-¡¿qué diablos?!- el Audi negro se aleja y lo pierdo de vista al final de la calle. Sé que es el mismo Audi de la noche anterior, el mismo que vi hoy en la cafetería, incluso, sin verlo, sé que fue el mismo que vio Liza. Quizá nunca se fue, tal vez se escondió cuando Liza lo descubrió y todo este tiempo me estuvo vigilando; él pudo haber sido el que abrió todas las ventanas y puertas.

Recuerdo la fisonomía de su rostro en la oscuridad, el chico que quería ayudarme, ahora dudo de él.

Corro a mi habitación y abro la portátil, dicen que internet tiene las respuestas a todo así que es momento de averiguarlo.

Tecleo lentamente en el buscador "hilo rojo en el dedo meñique" espero las paginas resultantes y no hay nada de información que pueda ayudarme; todo se resume a: "tejidos con hilo rojo" "dedo meñique" o "¿qué hago si mi dedo meñique esta rojo?" puedo decir que ahora no hay ninguna respuesta para todo esto.

Cierro la portátil y me recuesto a un lado del escritorio, cierro los ojos lentamente y caigo en un sueño tranquilo y fresco.

-Luna- siento el calor de una mano en mi hombro. Despierto de golpe y miro los ojos de John mirándome fijamente. Esta parando junto a mí con una sonrisa dispareja.

-¿qué haces aquí?- me froto los ojos para dispersar el sueño.

-la puerta estaba sin llave- lo miro sorprendida; yo asegure esa puerta.

-no; no puede ser, acabo de cerrarla con llave- salgo de la habitación y verifico todas las ventanas y ambas puertas, la trasera está cerrada pero la de en frente, como dijo John, esta sin llave, sin pasador, sin nada.

Ulnaris.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora