➙Capítulo 4: No intento ligar con ella.

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—¿Le tiraste un zapato? —pregunto Mar frunciendo el ceño mientras entrabamos al cine.

—Lo arruinó todo M, aquel chico era guapísimo —bufé, no se lo perdonaría nunca.

—Estás fatal, tía —carcajeó la castaña.

Le di la razón mientras comenzaba a reír.

Una vez sentadas en las butacas mi amiga emocionada me recordó que solo faltaban dos días para ver a su nuevo estrenado novio, el cual se había echado dos semanas atrás, un día antes de que el chico se fuera de viaje.

—Tía —me llamó Mar sentada a mi derecha—. Toma tu bolsa de palomitas.

Me comencé a reír. Efectivamente, nos habíamos traído al cine las palomitas de casa, podía parecer muy cutre, pero las risas que nos echamos nosotras, los que habían comprado palomitas en el cine ni se las imaginaban.

Le pasé mi mochila y pude ver como guardaba la bolsa en ella. Justo entonces las luces del cine se apagaron y yo empecé a comer palomitas sin sacar la bolsa de la mochila, Mar, al escucharme comencé a reír y yo con ella.

Después de una hora de película en la que mi amiga miraba continuamente hacia atrás me fijé que una de las niñatas aburridas que había detrás nuestro no paraban de darle patadas a su asiento.

—Oye guapa —le dije en un susurro a una niña de unos 12 años—, ¿podrías dejar de darle patadas a mi amiga?

—Yo no estoy haciendo nada —me contestó con una sonrisa de niña buena. Venga ya, soy la reina de hacerse pasar por niña buena y a mi esa no me la colaba.

—Mira bonita —sonreí—. Te lo voy a dejar claro, como le vuelvas a pegar una patada te quedas sin pié —continué guiñandole un ojo. Ella asintió riendo.


Al contrario de lo que había pensado que sucedería la niña paró de dar patadas y Mar me lo agradeció aunque hubiera amenazado a una niña con cinco años menos que nosotras.

***

—Pues me esperaba algo más —le dije a Mar en cuanto las luces de la sala se encendieron.  

—El final me ha decepcionado —mi amiga hizo una mueca— ¿Cómo has podido decirle eso a la niña? —rió—. Más pesada.

—Como ha dicho siempre mi madre: "No hay niños maleducados, solo padres que no saben educar" —cité.

—Que filosófica —rió colgándose el bolso en el hombro—. Deberíamos levantarnos, solo quedan dos personas en la sala.

Miré toda la sala dándome cuenta de que solo habían dos chicas más sentadas en la sala y le dí la razón a mi amiga mientra me levantaba y cogía mi mochila. Empezamos a bajar las escaleras hablando sobre la película.

Mi móvil sonó nada más encenderlo, entré a WhatsApp y elevé una ceja al ver que Miller me había mandado una imagen, abrí el chat y descargué la imagen, encima de esta había un mensaje que decía: Tengo novia porque no soy un amargado como tú. Idiota, mascullé.

—¿Has dicho algo? —preguntó mi amiga. Negué con la cabeza alzando la mirada.

Al bajarla la imagen ya se había descargado, solté un grito ahogado y no sé cómo ni porqué pero segundos después mi cabeza acababa de tocar suelo, literalmente, me acababa de pegar la hostia del siglo.

—¡Charlie! —exclamó la castaña ayudandome a levantarme—. ¿Estás bien? ¿Te has hecho daño?

—No, estoy bien —reí, no me había hecho daño, pero cuando recordé que aún había dos personas en la sala me avergoncé aunque no lo demostré porque la situación era realmente graciosa—. He visto el suelo muy solo y he pensado en darle un abrazo.

—¿Pero como te has podido caer por unas escaleras iluminadas? —mi amiga continuaba riendo.

—Poner una luz diminuta debajo de cada escalón no es iluminar algo —repliqué—. Soy torpe pero hoy no ha sido culpa mía —me crucé de brazos—. Mira —le tendí mi móvil

Por la expresión de asco de mi amiga comprobé que una foto de Miller y su nueva novia (de la que no recordaba su nombre) besándose, tampoco le había gustado mucho.

—Me encanta porque se pone en evidencia el solo —reí negando con la cabeza.

***

— ¡Ya estoy en casa! —exclamé cerrando la puerta y dejando la mochila en el recibidor para ir a buscar una fanta de naranja a la nevera.

— ¡Hola enana! —respondió mi hermano desde el salón. ¿Enana? ¿Qué bicho le había picado?

Me asomé al salón y comprobé que mi hermano no estaba solo, si no que le hacía compañia jugando a la play, nada más y nada menos el culpable de que me hubiera roto una uña cayéndome por las escaleras.

— ¿Has visto que bien nos vemos Samantha y yo juntos? —preguntó el idiota sin despegar los ojos de la pantalla ni un segundo—. Somos adorables.

— Sí, adorablemente asquerosos —sonreí cínicamente aunque él no me estuviera viendo y segundos después me sentí estúpida, era como cuando hacías gestos hablando por teléfono, era inútil, la otra persona no te veía.

— ¿Qué le has hecho ya, hermano? —preguntó mi hermano sin entender la situación.

— Dylan, ese simio no es familia mía, deja de llamarle hermano —dije molesta.

Vi como Dylan se encogía de hombros riendo.

— Nada hermano —gruñí por lo bajini al escucharle provocando que el riera—, le mandé una foto besándome con Samantha.

Mi hermano puso en pausa la play y por un momento pensé que mi hermano se liaría a hostias con Miller por enviarle a su hermanita una foto besándose con una guarra, después recordé que hablábamos de mi hermano, el que junto mis amigas decía lo buena pareja que hacíamos el idiota y yo.

— Que manera más rara tenéis los jóvenes de hoy en día de ligar —contestó mi hermano riendo.

— No intento ligar con ella.

Aquello salió de los labios de Miller a la vez que de mis labios salió:

— No intenta ligar conmigo.

Entonces Miller se giró a mirarnos y ambos nos fulminamos con la mirada.

—Claro que no chicos —carcajeó mirándonos—. Madurad.

Cogí la lata de fanta de la mesa y antes de subir las escaleras recogí mi mochila del recibidor. Al llegar a mi habitación cerré la puerta dando un portazo. Desbloqueé el móvil y escribir en el grupo que tenía con mis amigas: ¿Me ayudáis a que Miller y Samantha lo dejen?


¡Hola!  Aquí tenéis ortro nuevo capítulo. Espero que os guste:) 

Mark es tonto, tiene cada idea el chico... ¿Qué pensáis de lo que le ha hecho ha Charlie?

Y Dylar, ¿que os parece él? ¿Estáis de acuerdo con él y queréis que Charlie y Mark estén juntos o no? 

Muchas gracias por comentar, sabéis que me encanta porque así veo si os gusta o no y me hace feliz que os guste. 

Besos, hasta pronto. 


I'm Not That Sweet!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora