Ojos Grises/Ojos Oliva

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Había chocado contra alguien, volando practicamente dos metros lejos de su amada patineta.
- Demonios - se quejo en un susurro ahogado una voz suave cerca de él.
Inhalo un aroma dulce, a miel silvestre.
- Oi enano, podrías moverte? Me asfixias. - susurro nuevamente esa voz.
- ¿Eh? - abrió los ojos y se encontró con una mirada penetrante de acero fundido observandolo con el ceño fruncido. - Tsk. - en cuanto reaccionó se dio cuenta que habia quedado encima de la chica la cual fue victima de aquel escandaloso accidente.
- Gracias. - suspiró cerrando los ojos la chica. - deberías concentrarte mas en tu camino - dijo de manera frivola, mas no en un tono duro. Aunque realmente se notaba molesta.
- Tsk, tu fuiste la que se metió en mi camino, mocosa. - se quejo arrastrando las palabras.
- Hmm, que extraño. - el la observó confundido. - no me has dicho emo, zorra huerfana , murcielago de mierda ni alguna otra cosa que suelen decirme los demas. Eres nuevo, ¿no es asi? - el chico se sorprendió ante tal manera de referirse a si misma. Debia tener una vida dura en este instituto.
- Tch... - fue lo unico que contestó desviando la mirada aun en el suelo.
- ___ estas bien? - se acercó a ella una chica de anteojos y cabello castaño rojizo.
La pelinegra asintió incorporandose sola, ante la mirada del ojiolivo, ella camino sacudiendose un poco la chaqueta negra que traia puesto, para despues agacharse y atender sus jeans luego de rescatar algo del suelo.
- Oye chico, levanta no te quedes ahi en el suelo. - intento ayudarlo la castaña. El acepto su mano y se incorporo con algo de dificultad.
- Deberias tener mas cuidado enano. - se acercó la pelinegra quien recibió una mirada asesina por parte del mencionado. - esta preciosa no deberia ser tratada con tanta rudeza. - le entrego su skate junto con una sonrisa.
- Tsk, gracias. - le sorprendió un poco el hecho de que una chica, se haya referido a un skate como "preciosa", le daba ambiente de marimacha. Pero se quedo unos momentos contemplando su sonrisa, sintio que algo en el pecho se le estrujaba.

Los ojos oliva de ese chico eran tan frios, se veian vacios, pero tambien escondian algo, algo que quiza fue familiar para ___, su mirada penetrante la hipnotizo por unos momentos, para luego reaccionar con la voz de Hanji quien la llamaba exasperada.
- ¡___! ¡Debemos ir a clase! - repitió ya impaciente.
- Tch. Voy sargento. - resoplo cerrando los ojos desinteresadamente. - nos vemos enano.
- Que no me digas asi! Mocosa egolatra!

Tch... Este dia, si que será divertido.. -
Pensaron ambos azabaches.

El mejor Error [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora