El asesino del cual me enamoré: Recuerdos de nuestro romance.

Capítulo 59. [Final.]

(Narrado por Tn)

9 meses después...

- Nunca he estado tan emocionada en mi vida, amor. - Digo, volteando con Vincent, quien se encuentra a mi lado con una sonrisa.

- Y yo nunca he estado en un parto. - Aclara riéndose.

Después de tanto tiempo, finalmente me encuentro en el hospital con Vincent, esperando a que nuestros gemelos quieran nacer y conocer el mundo. Nos hemos pasado estos 9 meses de maravilla, aunque algunas veces yo vomitaba demasiado, y me daban antojos repentinos sumamente extraños, y cabe agregar todos los dolores que tuve. Vincent vació una habitación para ellos, pero le tuve que recordar que siendo bebés, tienen que estar a nuestro cuidado las 24 horas del día. Las cosas en esa habitación era solamente basura, y cosas viejas de él, que pasó un día entero ordenando todo. Pasé ese día, escuchando cada historia que contaba cuando encontraba un nuevo objeto. Fue divertido en verdad.

Será un asesino, pero es buen padre. Nunca me imaginé eso. Siempre ha acariciado mi estómago, e incluso ha hablado con los gemelos cuando regresaba del trabajo. Cada vez que sentía las pataditas de uno de los gemelos, llamaba a Vincent para que pudiera sentirlos. Algunas veces lograba hacerlo y se emocionaba como un niño pequeño. Otras veces llegaba a no sentirlos, y se decepcionaba bastante. Me tocaba a mí tratar de animarlo.

Ahora solo nos queda esperar a que el momento más esperado llegue... O que el doctor llegue de una vez por todas. Ya que...

- ¡Agh! – Me quejo, mientras me aferro a las sábanas, y volteo con mi esposo con una mirada de dolor. - Vincent...

- Oh. ¿Te sientes mal?

- ... Y-Ya es h-hora. - Digo, entre quejidos.

Vincent se levanta rápidamente y llama a un doctor o a una enfermera. No me importa quién llegue primero, lo que quiero es calmar este maldito dolor. Primeramente llega la enfermera a calmarme un poco y a hacer todo lo que le toca hacer a ella. Finalmente llega el doctor y unas cuantas personas más. Ugh. Vincent se sienta a mi lado, y entrelaza su mano con la mía. Volteo con él y me sonríe.

- Todo va a salir bien. No te preocupes. – Me susurra, besando mi mano.

( ... )

¿Cuánto habrá pasado? Ni idea. Posiblemente 2 o 3 horas. Tardé demasiado con el parto de los gemelos. Dolió bastante, ya que fue un parto natural, y encima doble, pero Vincent estuvo siempre a mi lado, sosteniendo su mano con la mía. Al momento de que naciera el primero, no contuve las lágrimas y empecé a llorar un poco. Vincent también lo hizo, pero al nacer el segundo, ambos estábamos llorando totalmente. Finalmente teníamos a nuestros hijos en el mundo.

Rato después de que me curaran y me hicieran mil cosas, la enfermera llegó con ambos bebés en brazos con una sonrisa.

- Felicidades. Es un varón, y una chica.

- ¿E-Enserio? - Pregunto, emocionada.

Vincent y yo teníamos debates interminables sobre el género de los gemelos. En verdad nunca imaginamos que iba a ganar el menos pensado. Le debemos 5 dólares a Jeremy. La enfermera nos entrega a ambos, y yo, por ser tan sensible, lloro al ver a mi hija en brazos. Llega a despertar y a abrir un poco los ojos, y me impresiono al verla.

- Oh, tuviste un par de milagros. – Dice Vincent, riendo.

- ¿Uhm? - Le pregunto a Vincent, quien tiene a nuestro hijo en brazos con una sonrisa.

- Sus ojos son blancos, pero con detalles verdes, como pude notar en este pequeño.

- Igual noté lo mismo. – Aclaro, mientras limpio mis lágrimas y sonrío.