11. Ese perfume

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Ya hacía más de una semana que Elizabeth estaba cuidando de Alex. Sí, él la convenció de que una enfermera no era necesaria y ya que no podía quedarse sin cuidados mi queridísima novia se ofreció a ayudarlo. Y ahora estaba justamente esperando en la planta baja del edificio donde vivía Elizabeth, donde ahora vive Alex.

-Listo, ya podemos irnos.-dijo mi novia a mi lado.

Salimos del edificio, entramos al auto y me dirigí hacia la carretera principal.

-Qué te parece si salimos hoy.-le dije sin dejar de ver la carretera.

-Me encantaría, pero la verdad estoy cansada.-dijo.-Mejor lo dejamos para mañana.

Esa era otra novedad, siempre estaba cansada, no hacíamos más que ir de la oficina, recoger a Elizabeth de la casa de Alex y regresar a nuestra casa.

A partir de hay continuamos el viaje en silencio. Llegamos e inmediatamente cenamos, entre el mismo silencio con el que llegamos.

Mientras Elizabeth subía a la habitación, yo estaba abajo paseando por la sala hasta que me detuve frente a la pared de cristal a ver el mar. La verdad estaba muy cansado de la misma rutina, trabajo, Alex, casa. Quería salir. Mi celular empezó a sonar en la mesa de la sala, caminé hasta allí y lo tomé para revisarlo, era West.

-¿Hola?.-dije al teléfono.

-¿Qué hay Tony? ¿Estás ocupado?

-No mucho, ¿por?

-Pensé que podíamos salir a tomar algo, claro si te dejan.-dijo lo último riendo.

Vaya, hasta que la vida se porta bien conmigo.

-Claro, paso por ti.-colgué.

Ya era hora de que algo bueno sucediera. Dejé el celular nuevamente en la mesa y me dirigí a la barra de la cocina donde estaban las llaves del auto.

-Elizabeth, voy a salir.-le grité desde la planta baja.

No me respondió. Imaginé que estaría bañándose así que salí a buscar mi auto.

Estábamos en la barra del bar bebiendo una gran botella de Bourbon que ya llevábamos a más de la mitad. Claro que West había bebido menos, por eso del conductor designado.

-¿Y a que se debe esta invitación?.-le pregunté.-No me digas que estamos celebrando tu divorcio.

-No.-dijo entre risas.-¿Acaso necesito un motivo para beber con mi amigo?

-Ya sabes, tu con tu esposa, yo con mi novia, no hay tiempo para nada.-bebí de mi vaso.

-Es cierto, ¿Cómo es que decidiste salir sin permiso de Elizabeth?.-llenó nuevamente mi vaso.

-Últimamente se cansa mucho, así que no creo que le importe mucho lo que hago.

-¿Se cansa? ¿Entonces ya me van a decir tío?

-No digas eso, todavía estoy muy joven como para tener hijos.-ambos reímos.

Y así continuamos bebiendo y hablando hasta que fui incapaz de seguir con la conversación debido a todo el alcohol que había ingerido. Lo último que escuché fue a West hablar con Elizabeth, después no supe de mí.

Cuando desperté Elizabeth no estaba, era domingo, por lo cual era raro que no estuviera a mi lado. Me levanté a tomar una ducha para quitarme el olor a alcohol y bajé. Busqué a Elizabeth en la cocina, no estaba. Busqué en la sala, tampoco. Me percate de que no estaban las llaves de auto, entonces había salido. Ya que no podía hacer nada, tome mi desayuno y me senté en la sala a ver TV.

A los pocos minutos llegó ella, dejo las llaves en la mesa y se sentó a mi lado.

-Buenos días.-me dijo mientras besaba mi mejilla.

-Buenos días.-dejé el plato en la mesa y le di un rápido beso en los labios.

-¿Cómo va tu resaca?

-A más de no recordar nada, todo bien.-rió.-¿Dónde estabas?

-Fui a ver a Alex.

Era de esperarse.

-Esperaba servirte el desayuno pero tú te adelantaste.

-Claro, no soy inútil.

Besé sus labios esta vez más tiempo y con más intensidad, ahora si necesita a mi novia. Descendí lentamente a su cuello pero me detuve al instante de percibir su aroma.

-¿Qué pasa?.-dijo ella.

-Hueles a perfume de hombre.-le respondí algo molesto.

-Si porque fui a casa de Alex.

-Pero hasta donde yo sabía sólo ibas a ver que estuviera bien, ¿cómo es que hueles a su perfume?

-Tony relajate, quizás se me pegó cuando me despedí de él.

-No Elizabeth, no me relajo.-me levanté.-Ya estaba bien que fueras a cuidarlo pero siempre es igual, cuando quiero estar contigo estas cansada y ahora vienes llena de su perfume, es más estoy empezando a creer que no vas a cuidarlo.

-Tony, ¿Te das cuenta de lo que dices?.-se levantó también.

-Sé lo que digo y ya estoy cansado de esto.

-¿Tu me reclamas a mi? Yo tengo que soportar que vayas a trabajar todos los días con tu asistente que esta enamorada de ti.-levantó la voz.

-No es lo mismo Elizabeth.

-Por supuesto que es lo mismo.-se acercó a mi.-Y a más de eso me tengo que enterar por alguien más que te reuniste con tu ex novia.

-Al menos estás segura de que yo no me acosté con ninguna.-al instante recibí una bofetada de Elizabeth.

-Eres un imbécil, piensa lo que quieras.-sin decirme más subió a la habitación, incluso pude oír con tiraba la puerta.

¿Cómo no me voy a enojar? Ya era suficiente que no pudiera salir con ella, pero que llegue oliendo a pesar de hombre era otra cosa. Me molestaba el simple hecho de que pasarán juntos, y era peor imaginarme más.

¿Y por eso el malo soy yo?

Corazón Desarmado (CA #2) (Editando)Where stories live. Discover now