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2.Las lágrimas más cálidas.

Ven conmigo.— La mujer abrió sus brazos mientras se agachaba y la tomó.— Vamos a casa.

'A sido solo un sueño. Papá está al llegar.'

La niña despegó sus ojos y se quitó las lagañas. ¡Mucho mejor! Ahora se podía ver la luz de aquella cueva de mármol.

— Estás despierta.— La voz ronca que le hablaba le sonaba de algo. Acarició su almohada suave, resbaladiza y con tacto húmedo... aunque sus manos se quedaban secas. Frotó sus dedos entre sí.

— ¿Qué es?— Miró asustada hacía arriba.— Un...un...dragón!

La imponente mandíbula y el resto de su majestuoso cuerpo era del color de aquel vestido ayer visto por primera vez. El lomo donde estaba apoyada, las espinas de su espalda y sus alas eran gigantescas.

Se puso de pie presa de su asombro, no necesitó pensar sus acciones, iban solas. Acarició al dragón, parecía que llevase una película protectora. Se volvió a tocar los de dedos de las manos mientras se las miraba.

— Están secas. ¿Qué es?

Los ojos del dragón se volvieron azules por un segundo.

— Agua, magia, la vida.— La niña le miró cual can en guardia.

Asombroso, no era capaz de creerlo. Esos ojos comprensivos, esa piel mágica cargada de vida y esas alas exorbitantes.

— Tus alas parecen...— Fue a tocarlas pero se paro en seco.— ¿Están bien?— Miró la fina película de agua brillante que corría con la calma de un pequeño lago.

— Lo suficiente para cuidarte.— El dragón sonrió.

Entonces la película de agua que le protegía se agrandó y la pequeña se echo para atrás asustada, fue una pequeña y refrescante explosión de finas gotas de purpurina sobre su piel, bajo el techo pudo ver a ese millón de hadas caer.

— Vamos fuera Lucy.— La mujer del los fugaces ojos azules estaba frente a ella.

— ¿Como has hecho eso?— Su admiración era superior a la que hubiese podido sentir por cualquier otra persona.

— Soy un Dragón de agua. Mi cuerpo es anamorfo.

— ¿Qué es eso?

— Que no tengo forma.

— ¡Como mamá!— Sonrió de oreja a oreja.

— ¿Mamá?

— ¡Si, eres tú! ¡Has venido a por mi! ¡Has venido!— Se abalanzo sobre la mujer de cabellos largos y blancos.

— Creo que-

— Mamá te he echado tanto de menos. Cuando te marchaste papá cambio, y te echaba de menos.— Las lágrimas de Lucy se acumularon en su ojos.— Me dijeron que ahora eras un hermoso espíritu pero...¿Por qué no te podía ver? Por qué...— Respiró agitada.— por qué tu cuerpo estaba muerto— Las lágrimas afloraron.— Ahora has venido con ayuda del agua. ¿Verdad? Dijiste que el agua era mágica y daba vida.

Las cálidas lágrimas de la pequeña cayeron sobre su fina capa de agua. Ese calor, quemaba la barrera que tenía desde hace años. Ese extraña agua que generaban los ojos de la pequeña alteraban la de ella.

¿Había conseguido la niña hacerle sentir?

— Ya estoy aquí, hija.

El dragón mintió. No se sintió mal. Al contrario sus abrazos eran reconfortantes.

La niña que criaría, la niña a la que enseñaría todo de sus poderes, la niña que explotaría todo su potencial era ella. Lucy sería su hija. No se había equivocado.

— Te voy a enseñar muchas cosas, Lucy y cuando seas mayor ayudaras a muchas personas.

"Tú puedes crear sentimientos en los demás. Seras muy feliz pequeña. Lo seras."

Lucy sonrió ante las cariñosas palabras de su madre y los ojos de esa mujer centellearon haciéndola sonreír de nuevo. Lo podía comprender, esa felicidad.

...........♡

(//..)%

¿Cuánto podrán durar sin ser separadas?

Gracias por leer!

Σ( ° °|||)︴

Blue Slayer n.l.Where stories live. Discover now