Mitología Nórdica

Inicio y creación

Al principio era el caos o el vacío llamado Ginnungagap, en el cual no se distinguía absolutamente nada. Pero de pronto surgieron dos mundos, al norte el Nifheim tierra de hielo y nieblas; y al sur Muspelsheim tierra de llamas intensas. De las chispas que saltaron del sur hacia el norte se produjo una reacción en los hielos, levantando nubes de vapor que al encontrarse de nuevo con el frio se transformaban en escarcha, la cual, capa a capa rellenaba el espacio central. De esta manera con la continua acción del frio y el calor dieron origen a Ymir, la personificación del océano congelado y como fue creado a partir de la escarcha, se llamó Hrimthurs o gigante de hielo.

Andando a tientas en la oscuridad en busca de alimento, Ymir se encontró con la gigantesca vaca Audhumla que había sido creada de la misma forma. Ymir pudo observar con placer que desde sus ubres fluían cuatro grandes arroyos de leche, que le proporcionarían alimento más que suficiente.

Audhumla buscando comida a su vez comenzó a lamer la sal de un bloque de hielo cercano con su áspera lengua dejando descubierta una cabellera después la cabeza entera de un dios emergió de su helada envoltura y finalmente Buri se vio completamente liberado. Por otra parte Ymir, el gigante, se había quedado dormido y mientras dormía un hijo y una hija habían nacido de la transpiración bajo sus axilas y de sus pies había producido al gigante de seis cabezas Thrungelmir, el cual, poco después de nacer dio a luz a su vez al gigante Bergelmir, del cual descienden todos los gigantes malignos helados.