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Luke

Ayer fui muy grosero con Michael y me arrepiento de ello porque él solo quiere ser mi amigo y yo me comporté como un idiota. Estaba en el autobús pensando en alguna disculpa, pero nada se me ocurría. Llevaba lentes de sol debido al lindo regalo que Calum me había hecho al golpearme el día de ayer, es un idiota. El pelinegro no subió al autobús esta vez, quizás se fue caminando solo.

—Miren a quién tenemos aquí.—Reconocí esa voz que tanto odiaba, rodé los ojos sacando los libros para mi siguiente clase. Él fue más rápido y me tomó de la camiseta golpeando mi espalda contra los casilleros. Gemí de dolor y los demás quienes lo acompañaban reían. Calum me dio un puñetazo en el rostro haciendo cayera al piso apunto de llorar de dolor, se arrodilló para quedar a mi altura y tomar mi cabello y jalar de el para que lo mirara.—¿Y tu amigo? ¿Se dio cuenta de lo inútil que eras y se alejó de ti?

—No, de hecho. Él esta aquí.—Pude ver de reojo como Michael empujaba a Calum lejos de mí ayudándome a levantarme.—El único inútil aquí eres tú.—Pasó su mano por mi cintura y comenzamos a caminar hacía la enfermería. Debo admitir que sentir la mano de Michael alrededor de mi cintura provoco que un escalofrío recorriera toda mi anatomía.

—¿Qué le ha pasado?—Preguntó la enfermera obligándome a sentarme en la camilla revisando las heridas en mi rostro con horror.

—Se cayó de las escaleras.—Explicó rápidamente Michael con una sonrisa inocente, la enferma no muy convencida de la respuesta de Michael me miró. Asentí dándole la razón. Ella comenzó a curar las heridas más visibles de mi rostro.

—Gracias.—dije luego que la enfermera se fue, dejándonos solos. Él se encogió de hombros y no dijo nada más.—Michael, sobre ayer...—murmuré jugando con mis dedos para ocultar el nerviosismo.

—No importa, ya me lo dejaste claro.—Se levantó dispuesto para marcharse pero yo no quería que se fuera. Quería que se quedara conmigo.—No somos amigos, ¿Verdad?—Preguntó apoyado en el umbral de la puerta, yo me encogí de hombros.

—No lo sé pero me agrada estar contigo.—Contesté con una sonrisa. Él se quedó callado, como sí estuviera pensando en alguna respuesta.

—Entonces, me haré cargo de que tú y yo terminemos siendo amigos.

reasons ☏ mukeWhere stories live. Discover now