uno.

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—¿Qué hora es? –me grita Melissa, mi mejor amiga. Sus ojos azules están llenos de lágrimas y siento mi corazón encogerse. —Ya se supone que deberían de estar aquí.

—Todavía es temprano, no te preocupes –murmuro mientras aprieto su mano en señal de comprensión. Ella asiente y me regala una sonrisa.

—El avión todavía no aterriza, tranquilas –dice una chica a nuestro lado. Melissa y yo la miramos y ella sonríe. Me parece haber visto su rostro en otro lado, pero no sé exactamente dónde. Sus ojos grises me parecen demasiado conocidos. —Ellos no tardarán mucho.

Mi amiga y yo asentimos confiando en la chica. Probablemente ella sea insider de alguna cuenta de updates, porque esas chicas siempre parecen saberlo todo.

Hace más de una hora desde que Melissa y yo llegamos al aeropuerto para saludar a los chicos después del descanso de dos semanas y media que tuvieron en Australia. El lugar está completamente lleno, pero valdrá la pena. Sé que lo hará.

—¿Crees que a Luke le guste este suéter de pingüinos que le traje, Fer? –Melissa me pregunta tímidamente mientras abre su bolsa, revelando el suéter que le compró a Luke.

—Sé que le gustará, tal vez no lo use a diario pero, el invierno en este lado del mundo está por llegar y debe de serle útil en algún momento –aseguro.

—Lo usará, puedes estar segura de eso –vuelve a hablar la chica de ojos grises. ¿Dónde la he visto? Sé que la conozco de alguna otra parte. Su rostro es muy bonito, y me sigue siendo demasiado familiar. —Luke es un chiflado con los suéteres.

Las mejillas de mi amiga se llenan de color con las palabras de la conocida desconocida y asiente.

—¿Tú les trajiste algo también? –le pregunto, ella ríe mientras niega.

Estoy a punto de preguntarle quién de los chicos es su favorito, cuando un grito de emoción suena en el aeropuerto, captando la atención de todos los que estamos ahí.

Mis ojos se dirigen inmediatamente hacia una de las puertas, y entonces los veo. Son ellos.

—¡AHÍ VIENEN, AHÍ VIENEN! –comienza a gritar Melissa mientras salta de emoción. Yo ni siquiera puedo gritar, porque el aire ha escapado de mis pulmones. Estoy en shock.

Los cuatro chicos caminan a través del montón de chicas mientras saludan y se toman fotos. Lucen cansados, pero los cuatro parecen felices de estar en Estados Unidos de nuevo. Los segundos que cada uno de ellos tarda tomándose fotos con cada chica me parecen eternos y casi lloro porque quiero tenerlos junto a mí.

Y entonces, después de varios minutos, ellos están a un par de chicas de distancia.

Ashton se toma fotografías con un par de rubias mientras Calum firma la mano de una chica.

De pronto, Luke ya está frente a Melissa y ella comienza a llorar.

Luke, te amo, te amo mucho –le dice en español y Luke ríe. Está tan cerca que puedo notar las enormes ojeras en su rostro y algo se remueve en mi interior. —Te traje algo –murmura mientras trata de calmarse y le entrega el suéter a Luke. Él lo toma y sonríe. Mi amiga saca su celular y alcanza a tomarse rápidamente una foto. Su ídolo vuelve a moverse por el pasillo mientras el resto de las chicas lo llaman.

Pero de pronto, antes de que mi cerebro analice lo que está sucediendo, el ser más perfecto del universo se detiene frente a mí con una sonrisa. Y mi corazón se rompe.

—¡Michael! –grito emocionada. Busco la carta que le he escrito dentro del bolsillo trasero del pantalón y cuando se la entrego mis manos están sacudiéndose nerviosamente. No puedo creer que lo tenga frente a mí. Su cabello rubio está despeinado y a pesar de que sus ojos son cubiertos por unos lentes negros, sé que está cansado, porque se nota en la manera en que se mueve.

Perfect. »michael c.Where stories live. Discover now