II. Si Le Sonries a La Vida...

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Había llegado a casa, de nuevo me detuve en frente de la puerta.

Anhelaba conocer a los chicos, era uno de mis más grandes deseos poder abrazarlos y darles mucho amor. Pero era imposible no pensar en Nick...
El era un buen chico, había pasado mis mejores experiencias a su lado. Lo quería demasiado y lo apreciaba bastante... pero no lo merecía. No merecía tener su apoyo y amor, con todas las cosas que hacía por mí me sentía tan mal el no poder aceptarlo como mi novio. Pero a pesar de todo, él siempre se comportaba como todo un caballero sin esperar nada a cambio. Aún así, no quería que desperdiciara su tiempo con la ilusión de que que algún día un "nosotros" existiera. Igual y mi seguridad al decir que nunca podría haber nada entre nosotros era muy ilógica o prematura pero "era lo que era".

Abrí mi bolso y saqué mis llaves, al abrir la puerta mi celular empezó a sonar.
-¿Paula? ¿Cómo estás?- pregunté mientras entraba a casa.
Paula, junto con Nick, era la única compañía que tenía en aquella ciudad tan enorme. Cuando decidí seguir mi amor por el arte y la acción siguiente fue mudarme a la mágica (y costosa) ciudad de San Francisco para estudiar en The Academy of Art University no tomé en cuenta todo lo que esto conllevaba.
Tuve suerte de haberla conocido. Con algunas becas y mis ahorros de la vida me alcanzaba para vivir y pagar la colegiatura. En mis primeros meses viviendo en mi nuevo hogar conseguí cuidar de algunos niños todos los días por la tarde para obtener dinero extra, su hija era uno de esos niños.
-Todo bien ______, ¿estás ocupada?- preguntó.
-No, voy llegando de la uni. ¿Tú qué haces?- aventé mis cosas en el primer rincón que pasé y me recosté en el sofá.
-Nada, lo que pasa es que necesito contarte algo, ¿recuerdas que te hable de Jacqueline? La chica que conocí en el parque con un hijo de la edad de Daphne...- hablaba rápido, se escuchaba emocionada. -pues ella solía trabajar en un restaurante, ¡solía! Se piensa mudar la siguiente semana y yo le he hablado de ti, ¡me dijo que te puede recomendar en ese restaurante! Me adelanté y le he dicho que sí, le pase tu número de celular y todo. Lo único que tendrías que hacer es pasar con tu currículum pero es muy probable que te contraten.
-¡Pau! Pau. No sé, ¡gracias! ¡Dios, eres maravillosa!- exclamé de felicidad.
-Lo sé, lo sé.- rió, -Pasa lo más pronto posible. Voy atrasada para llegar al hospital, así que te hablo luego y me cuentas todo, ¿va? Cuídate.- colgó y yo quedé feliz, y confundida.

A pesar de que sea absurdo yo siempre había creído demasiado en la suerte y solía pensar que no era para nada afortunada pero de pronto parecía que la vida me sonreía por primera vez en mucho tiempo. «¿Acaso hice un pacto con el diablo y no recuerdo?» pensé.
Una sonrisa se apoderó de mi rostro y no pude evitar reír y festejar de emoción.
Lo que más me llenaba de vida era saber que los conocería, conocería a CD9. Conocería a Jos, Alonso, Freddy, Alan y Bryan. ¡Quería llorar! ¡Quería gritar de emoción! ¡Quería cantar a todo pulmón hasta perder la voz!
Uno de mis más grandes sueños se cumpliría, además de que por fin tenía la oportunidad de estabilizar un poco mejor mi vida, todo iba tan bien que parecía un sueño. Lo que yo no sabía era que todo apenas comenzaba...

Bailando Con Mi Felicidad (Bryan Mouque Y Tú)Where stories live. Discover now