Recogí el trozo de papel del suelo buscando la más mínima pista la cual me llevase a ti. ¿Dónde estabas? ¿Dónde te habías metido? No podía pensar en nada. La desesperación e impaciencia me abordaban de la cabezaa los pies e invadía mi mente, prohibiendome pensar en cualquier otra cosa que no fueras tú.
Miré de nuevo a mi alrededor. Una habitación vacía y deteriorada de una casa abandonada. ¿Cómo había llegado hasta allí? Llevaba tanto tiempo buscando, recorriendo el país entero de una punta a la otra, que ya se me había olvidado el cómo comenzó todo.
Era tan solo una pequeña luciernaga perdida en plena luz del día, sin poder recurrir a nadie.
