H.∅11

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Hoy he visto a Natsu, un hermoso Martes para verle.

Estaba de cachondeo con aquel chico con quien parecía tan cercano, tenia su brazo apoyado en sus hombros mientras se ponían al día, y a mitad de conversación le vi girarse rápidamente para hablar con un par de chicas del grupo. Una de ellas le prestó una libreta de apuntes, los cogió dando las gracias, con las mejillas rosadas y camino directamente hacia mi.

Observe como sus zapato se acercaban al asiento que había a mi lado, los nervios se me crisparon, comencé a dar golpecitos con el pie en el suelo, vi como sus nudillos se volvían pálidos al apretar las libretas de tonos pastel y que tenia las uñas de las manos cortas. Se giro sobre si mismo y ante el infarto que yo estaba por sufrir el  se sentó a mi lado. Repito ¡A mi lado! No 'casi'.

Me tenía al borde de la locura, el frenesí de tener a alguien tan cerca subía por mi cuerpo y bajaba en caída libre hasta los golpecitos de mi pie. Tenia un olor como a aceite de coco, lavanda y moras. ¡Y su piel! Su piel desprendía tanto calor que lo podia sentir radiar atreves de nuestra ropa.

No junte suficiente coraje para mirarle a la cara hasta que seguí el movimiento de sus manos abriendo su libreta junto a las de sus compañeras, y alzando los auriculares blancos a sus orejas. 

Levanté la mirada para ver si alguien me miraba. Nadie me prestaba atención, aproveche para mirarle a la cara. Sus pómulos y mandíbula en tensión, estaba intentando hacer buena letra pero los vaivenes del tren hacían de ello una ardua tarea. Observé su ojos moviéndose rápidos y atentos, tenía las pestañas largas y los ojos mas claros de lo que esperaba, con pintas amarillas, marrones y turquesa.

¿Sabría él lo hermosos que eran sus ojos?

Cuanto mas le miraba mas crecía mi admiración, el tren paró. Su estación, se quito lo cascos y devolvió las libretas aliviado, había conseguido terminar, se bajo del tren con unos amigos y se despidieron del resto desde la ventana, me gustaría pensar que también se estaba despidiendo de mi.

Me siento al lado de él, la luz le rodea en todo su esplendor, miro su asiento y veo que se ha dejado un boli.

No parece suyo, tiene una ranita colgando, igual a las que hay dibujadas en su exterior, lo cojo, todavía esta caliente y me imagino como sería tomar su mano. Vuelvo a mirar el bolígrafo y veo que tiene una inscripción en el enganche: Para ti.

PD: Ojalá.

Sois prechiosos gracias por leer *-*

♡♡♡

No solo lo pienso yo ewe

Vuestras madres seguro que también lo piensan ♥

XD

Voy haciendo el próximo Cap

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El Chico Pelirosa n.d.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora