Capítulo 32

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"¡¿Pero que estas haciendo?!" Me gritó mi subconsciente ... y él tenía razón.
Es demasiado predecible ir a la azotea, de seguro ya han subido por las escaleras y me están esperando arriba. El ascensor marcaba que íbamos por el piso 15 y por lo visto eran 25, así que marque el piso 20, ahora el ascensor tendría que parar en el 20 antes de llegar a la azotea y así lo hizo un minuto después.

Antes de salir día un vistazo al lugar, se veía completamente desierto y se escuchaban voces acompañadas de pasos en el piso de arriba así que mi teoría había estado en lo cierto, ellos irían a la azotea.

Rápidamente tome las escaleras que se dirigían hacia abajo pero en vez de esperar a que estas me llevarán empecé a correr. Gracias a Dios existen estas escaleras ¿quien podría subir 20 pisos sin ellas?. Al llegar abajo estaba realmente cansada y sin saber donde estaban los chicos (gracias a que mi teléfono se quedó en el laboratorio).

Decidí hacer una lista mental de lugares donde podrían estar mientras caminaba sin rumbo alguno

~ Casa de Aidan
No, sería muy obvio.

~ Mi casa
Sería lo mismo que estar en casa de cualquiera de nosotros así que probablemente no.

Entonces se me ocurrió algo ... ¿Que mejor escondite que el lugar por el que comenzamos?

Y aquí voy de nuevo. Podría entrar en una maratón sin problemas, de tanto que he corrido hoy. Tarde bastante en encontrar un camino que reconociera para poder llegar al Instituto pero, lo logre.

A una cuadra de instituto pude visualizar al autobús en un intento de escondite, claramente no puedes esconder un autobús fácilmente.

El instituto, como siempre, mantenía sus puertas abierta. Ya estaba oscureciendo lo que causó que unas pocas farolas estuvieran encendidas pero no había nadie alrededor que me viera.

Entre sin problemas y fui al primer lugar que se me ocurrió. El salón C-18.

El salón estaba oscuro casi parecía sacado de una película de terror. Al momento en el que estuve en el centro del salón la puerta se cerró sola.

- ¡Atrás demonio! - grite sacando los taser de mis bolsillos y apuntando a una oscura figura en la puerta.

- Genial Alice. Un premio a tu valentía - la figura dio un paso hacia adelante dejando al descubierto quien era - Es de lo más normal tratar de electrocutar a un demonio.

Aidan se reía de mi mientras seguía ahí parado a la poca luz que había. Guarde las armas de nuevo y suspire.

- Si porque es de gente muy normal esconderse y cerrar la puerta en un salón completamente oscuro - le contesté sonriendo

- ¿Quien dijo que Aidan fuera normal?

Dí un salto por la sorpresa que me causó al ver a Dylan parado detrás de mi. Y de la nada me entraron los impulsos de abrazarlo y así lo hice al tiempo que el correspondía mi abrazo.

- ¡Si soy norm...! No, mentira, ni yo me lo creo - dijo Aidan mientra Dylan y yo aún nos abrazabamos.

- Chicos no quiero interrumpir pero ya que estamos juntos debemos planear que hacer - escuche decir a Allison desde un metro a la izquierda.

Me separe de Dylan sin mirarlo a los ojos y fije mi vista en Allison.

- Si, si tienes razón - dije - bien comencemos por: ¿Quien quiere este otro taser?

Saque de mi bolsillo una de las dos armas y la extendi hacia los dos chicos y la chica que me veían fijamente.
Rápidamente Dylan fue quien la tomó.

- Genial. Ahora a lo importante ¿Tienen alguna idea?

Los tres se miraron entre sí y un momento después fue Allison quien respondió.

- Tenemos que volver a los laboratorios para tomar una de las copias del portón de la ciudad - dijo rápidamente

- ¡Oh, por supuesto! Lo había olvidado - dije mientras sacaba las llaves que le quite a la señora bajita que me quería atrapar.

- ¿Esas son...? - pregunto Allison anonadada.

- Son llaves. Si. Las del portón. No lo sé. - respondí viendo su expresión.

- E-esas exactamente s-son las llaves del portón - dijo tartamudeando un poco - ¿Como las has conseguido?

- Se las he quitado a una de las guardias que me perseguía

- ¿Eso significa que no debemos volver a los laboratorios? - pregunto Aidan desde una silla

- Exactamente. Y además - agregó Allison - que somos libres para huir.

No todo se hizo para estar bienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora