Gris.

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Cuando Daniels 

entró a aquella 

habitación todo quedó gris; 

yo estaba en brazos 

de Mauro pidiéndole 

que me hiciera feliz, 

él gritó, 

pero Mauro no reaccionó. 

Solo sonrió con 

indiferencia 

mientras me veía correr 

muy lejos de ambos, 

mientras se daba 

cuenta de que 

ahora los quería a ambos.



Besos de papel.Where stories live. Discover now