Dangerous. {t.e}

17-. Aline...

Giré sobre mis talones, temerosa de quien sea la persona que estaba tras de mí. Luego de acostumbrar mi vista un poco más a la oscuridad, un gran alivio reemplazó el miedo en mí. Tristan estaba parado junto a una pequeña puerta que no había visto nunca desde que me trajeron. Cuando divisé su rostro, solté mi bolso y corrí a abrazarlo. Dejé que lágrimas de impotencia salieran de mis ojos mientras el me envolvía en sus brazos, acariciando mi cabello y diciéndome que todo iba a estar bien. 

Se separó de mí y colocó su frente junto a la mía, me limpió las lágrimas y habló.

-¿Estás bien? ¿Te hicieron algo? -preguntó con tono de voz alterado, pero susurrando.

-Si, estoy bien -respondí sonriendo y acariciando su mejilla- ¿Cómo llegaste aquí? 

-Entré por la parte de atrás del edificio luego de seguir al auto corriendo. Tuve que ir probando puerta por puerta, pasé momentos vergonzosos realmente -dijo riendo bajo, contagiándome su risa. 

-Por dios... -reí, pero me puse seria al momento- debo decirte algo -dije repentinamente, el debía saber lo de James. 

-¿Qué pasa? -se alteró.

-La persona que me trajo hasta aquí, mejor dicho, las personas que me trajeron... -respiré hondo- Aline y... -por alguna razón me trabé. El nudo en la garganta que tenía no me dejaba hablar. Quizá era porque la imagen de arrepentimiento de James rondaba por mi mente, o porque Tris se sentiría muy mal al saber que uno de sus amigos lo había traicionado así. 

-¿Y? ¿Quién más? Dime y juro que no van a volver a tocarte un solo cabello... -repitió esa frase con melancolía, ya que la había dicho en la mañana. Sentí mi mano mojarse y me dí cuenta de que estaba llorando. Separé nuestras frentes y lo abracé.

-Sh, no llores -dije tranquila. 

-Es que -sollozó con voz entrecortada- prometí algo que no cumplí y me siento un fracaso. 

-No te culpes, no sabías que iba a pasar. Además, no me hicieron nada -mentí. No quería que supiera que Aline me había golpeado.

-Mentira -dijo con tono seco pero ceño suave. Acarició mi mejilla con un poco de presión, provocando un ligero dolor y no pude evitar quejarme. ¿Nada iba a salirme bien hoy?

-No es nada -anticipé quitando suavemente su mano de mi rostro. 

-¿Quién lo hizo? -preguntó bruscamente y con enojo. Debo admitir que su reacción me asustó demasiado.

-Te dije que no es nad... -me cortó.

-¡¿Quién lo hizo?! -gritó sin olvidar que una loca maniática y su mejor amigo estaban afuera de la habitación o, con ayuda de Dios, fuera del edificio.

-Aline... -dije con tono inferior.

-Maldita perra... -dijo furioso y con dolor en su voz. En un momento pareció recordar algo- ¿Quién más está con ella?