Somos unos excéntricos. Hemos visto demasiado, llevamos mucho peso a nuestros hombros. Así es como ha sido. Esto es lo que somos. - Levi.
Las personas normales no se preocupan todos los días por si su cuello no acabará en una horca. Y con eso estoy diciendo que no somos personas normales. - Levi.
¿Acaso todos creen que la persona que está hoy a su lado estará allí mañana? - Levi.
Nadie puede decir cuál es la elección idónea. Sólo elige la que más te guste. - Levi.
¿Vas a permitir que tus hombres y los habitantes de esta ciudad mueran y sean derrotados, o vas a luchar contra los que tienen mayor poder en este mundo? - Levi.
Lo que cambia nuestro pequeño mundo es la esperanza y la desesperación. ¿Quién lo decidirá? ¿De quién es la tarea de decidir? Y... ¿en quién confiarás? - Levi.
Pero el aire que olí fuera de los muros era distinto. A pesar de que el mundo exterior es como el infierno, hay una libertad allí que no se puede comparar con los muros que nos rodean. - Levi.
Elige y atente a las consecuencias. - Levi.
Con el cuerpo o no, un muerto es un muerto. No va a cambiar nada. - Levi.
A lo que más debemos temer es a la posibilidad de que nuestros ojos se claven fuera de las murallas, y que hayamos fallado en ver la espada que nos apuñala por la espalda. - Levi.
Esas son las alas de la libertad... - Levi.
No me toques con tus sucias manos. Me voy a ensuciar. - Levi.
Lo único que se nos permite hacer, es creer que no vamos a lamentar la elección que hemos hecho. - Levi.
¿Tu cabeza es tan hueca como la punta de una pistola? Al parecer, no tienes idea de lo que está sucediendo. - Levi.
El entusiasmo es algo bueno, pero no te olvides de proteger tu vida. - Levi.
Si vas a morir de todos modos, al menos inténtalo. - Levi.
- Aparentemente no son muy listos... Sé eso, pero... ¿Vas a permitir que unos idiotas como esos te maten, presidente?
- Quizás sean idiotas, pero ellos son los que tienen el poder. - Levi y el Presidente.Es mejor si escoges la opción por ti mismo, así no te lamentarás después. - Levi.