I'll never let you go |d.l|

Capitulo 19

- ¿Cómo puedes ver esto? -Pregunta aterrorizada

Aparto mi vista del televisor y la miro a ella, que veía el programa abrazando una almohada y su ceño fruncido

-Lo puedo quitar si quieres -Propongo

En mi interior pedía a gritos que dijera que no, amaba con locura esta serie y era un nuevo capitulo

-No, esto me tiene que gustar -Dice mirándome -A ti te gusta, a mi también tiene que gustarme. Somos una pareja, debemos compartir algo en común -Decía como si fuera la cosa más obvia del mundo

Tomo su mano y ella baja la mirada a ellas

- ¿Me amas?

-Con locura -Responde

-Yo también ¿Eso no es suficiente?

Ella hace mueca y parece estar pensando en una respuesta, no parecía contenta y me desanimada un poco verla así. Entonces me acerqué más a ella y le di un tierno y rápido beso en los labios haciendo que ella sonriera al fin y le doy un abrazo atrayéndola a mí, ella se recuesta en mi pecho y yo dejo un beso en su cabellera

- ¿Has hablado con Simón? -Pregunta

-No

-He buscado mil formas de no sentirme culpable por ello, pero es imposible. Siento que te he quita... -Y antes de que pudiera terminar de hablar le interrumpo

-No, realmente no. -Respondo -Creo que me decepciona y no entiendo como el no logra entenderme ¿Por qué le molesta tanto que te ame?

-Quizá el solo quiere protegerte -Supone ella

- ¿Protegerme de qué? ¿De ti? -Pregunto

Demi gira su rostro en dirección a mí y me mira en silencio, había algo ahí, dentro de ese color café había algo que me perturbaba, que me daba ese sentimiento de que algo no estaba bien y que causaba temor en mí. Ella seguía sin decirme nada, pero poco a poco su mirada empezó a apagarse

- ¿De ti? -Volví a preguntar

Demi baja la mirada a nuestras manos tomadas y no entiendo, realmente no entiendo. El aire de la habitación había cambiado, ya no era este tierno aire de una tarde de domingo viendo The Walking Dead, sino era... extraño. Esa sale de mis brazos

-Quizá -Respondió al fin

Yo sonreí y con mi dedo índice subí un poco su barbilla para que me mirara

-Tú no me harías daño -Dije confiada con mi sonrisa

-Yo te dije que...

-Y de ser así estaría encantada, porque si voy a sufrir deseo que sea por ti -Besé su mejilla

Me miró con temor

-Amar puede doler algunas veces -Respondí

Ella abrió sus brazos y me abrazó, yo me recosté en su pecho donde podía sentir los latidos de su corazón. Aquí sentía como si nada realmente pudiera hacerme daño, ni siquiera ella misma, ni yo. Confirmando cada día más mi teoría de que este era exactamente mí especio en el mundo, mi lugar, mi hogar

Bum, bum, bum. Se oían sus latidos rítmicos, eran latidos lentos, pacientes

-Voy por algo -Dijo soltándome

Se levantó del sillón y volvió un minuto después con algo detrás de su espalda

- ¿Qué tienes allí? -Le pregunté curiosa