Capitulo veintidós

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Luke y yo no respondimos ante su acusación, solo sonreíamos un poco apenados por el acto que la pequeña acababa de presenciar. Ella permanecía allí junto a la puerta esperando que alguno de los dos confirmara lo que dijo hace un momento.


-Ya vete a dormir.- Luke hizo una seña con las manos, indicando para que ella vuelva otra vez a su cuarto.

-¿Vas a cantarme otra vez?- En el rostro de Zoe se formó un puchero.

-No.- Ante lo dicho rodó los ojos y ella retrocedió pasos atrás para volver a su habitación, dejando a mi y a Luke solos nuevamente. Regresamos a la sala donde nos encontrábamos hace un rato y tomé mi mochila para así colgarla en mi hombro y encaminarme a mi casa. No estaba muy consiente de la hora pero el día ya había expirado y podía comprobarlo al observar por una de las ventanas ya que las luces de las calles estaban encendidas.

-Te acompañaré hasta abajo.- Informó Luke. Tomó las llaves que había dejado sobre la mesa y salimos del apartamento. Presioné el botón para solicitar el elevador y después de unos segundos de espero nos adentramos en él. Ambos nos encontrábamos en absoluto silencio, ni una palabra salía de nuestras bocas. Era muy abrumador, tanto que hasta que podía escuchar mi respiración y la suya en el ambiente, aún así me sentía bien, como nunca antes.

-Gracias por venir, de veras no pensaba que Zoe tenga esa reacción contigo.- Dijo, justo antes de que el elevador llegue a la planta baja. En realidad yo tampoco lo esperaba. Zoe no parecía ser una niña que se comporta de forma abierta con un extraño, sin embargo, resultó ser agradable.

-No hay de qué, tu hermana es un encanto.

-Si, pero no lo es con todos. Es muy tímida e introvertida cuando se trata de conocer gente, esta vez fue diferente.- Como Luke describió fue exactamente la primera impresión que tuve de ella. Su mirada hacia abajo daba a entender lo avergonzada que estaba, quizás sea por su cicatriz, por miedo a que la vea o porque tal vez creía que me burlaría de ella.

Al salir afuera lo primero que avizoraron mis ojos fue el relámpago que iluminó el cielo y un trueno resonó en lo mas profundo de mis oídos. Llovía a mares, no solo eso, era una tormenta bastante fuerte. Saqué mi móvil y desbloqueé la pantalla para consultar la hora, eran casi las 11 pm y aún no había vuelto a casa. Probablemente mi madre se encontraba hablando con la policía y todo el ejército del país para poder localizarme. Con la poca señal que tenía marqué su número, luego de tres sonidos de espera, atendió. La voz de mi madre sonaba nerviosa del otro lado del teléfono como si llevara desaparecida por durante semanas, le dije que estaba en la casa de Nicole y que regresaría cuando la lluvia pare un poco. Si le decía que estaba en el apartamento de un chico se volvería mas loca de lo que ya estaba.

-Será mejor que te quedes un rato.- Luke se hizo presente, casi había olvidado que se encontraba al lado mío.- Al menos hasta que la tormenta pare un poco. Justo en el momento en el que dejamos el elevador hubo un apagón, estábamos agradecidos de que haya sucedido después de abandonarlo porque o sino estaríamos atorados en él en este instante. Luke persistió en que trataría de prepararme algo para comer pero siendo honesta no tenía mucho apetito, solo estaba cansada.

-Iré a mi habitación, estaré ahí si quieres venir.- Él habló en un tono casi inaudible, no podía verlo debido a la oscuridad pero si sabía de donde provenía su voz. No me parecía correcto estar en la habitación a solas con él, por mas que aunque lo niegue era eso lo que quería. Pero que mas podía hacer ¿quedarme en medio de su casa en plena oscuridad? Encaminé mis pasos hasta donde recordaba que se ubicaba su cuarto, el apartamento no era muy amplio sin embargo se me dificultó llegar por el apagón.

Photograph ; hemmingsWhere stories live. Discover now