Capítulo 21

186 17 3
                                    

  RAPUNZEL POV

  Esa mañana desperté temprano. Lo supe porque además de que todos mis amigos aún estuvieran durmiendo, no escuchaba ningún ruido afuera.

  Luego de un rato allí, sentada en silencio, decidí salir para ir al baño. Ya fuera de la carpa me desperecé y observé el paisaje a mi alrededor. La blancura lo cubría todo y daba una gran sensación de inseguridad, aunque esto último seguramente era producto del ataque de ayer.

  Comencé a caminar, dispuesta a alejarme del campamento para ir al baño. Ya llevaba unos metros lejos, pero el frío extremo hizo que me detuviera ahí ¿Y si me quedaba acá? Estaba segura de que nadie me vería, además haría rápido. 

  Mientras decidía qué iba a hacer, oí un ruido cercano y me di la vuelta. Al principio no vi más que la característica blancura del valle, pero de repente divisé varias cosas negras acercándose rápidamente hacia mí. Quise salir corriendo, sin pensarlo, pero no podía moverme ¡Estaba pegada al suelo! Miré desesperada a los costados, con la esperanza de encontrar algo que pudiera ayudarme, pero no había nada. Las oscuras criaturas ya estaban cerca y pude distinguir que eran dos ¿Caballos? Estaban hechos de niebla e iban apresurando el paso. Mis ojos se llenaron de lágrimas, sabiendo que esas criaturas me lastimarían. Pero no iba a morir de rodillas, llorando, así qué levanté la vista y la clavé en esos caballos, como desafiándolos a atacarme. No iba a gritar, les iba a hacer frente, si podía alejarlos de mis amigos estaba bien morir.

  Las criaturas estaban cada vez más cerca, podía incluso sentir su negra niebla, y no era algo lindo. Me sentía cada vez más fría, más entumecida, más impotente.

 -Adios.-Susurré, sabiendo que sería mi última palabra.

  Y de repente, Johana se presentó y se interpuso entre los caballos y yo. No sé cuándo apareció, ni cómo la escuché. Lo único que sabía era que estaba a punto de hacer algo de lo que se arrepentiría.

 -¡Johana, no!-Grité a todo pulmón.

  Pero ya era tarde, los caballos ya habían chocado contra ella y la habían fundido entre la oscura niebla. Yo comencé a llorar y a gritar, desesperada por no poder moverme.

  Pero de repente, un rayo de luz color blanco plateado salió disparado de entre la espesa niebla. La brillante luz me cegó por completo e hizo que cayera para atrás. Me refregué los ojos para aclararme la visión, y entonces me di cuenta de que ya podía moverme libremente. Me levanté de un salto y busqué a los caballos con la vista, pero ya no estaban...habían desaparecido.

  Pero lo que sí estaba era Johana. Se encontraba tendida en el suelo, sin dar muchas señales de vida.

 -¡Johana!-Corrí hacia ella y me arrodillé. Había perdido el color en la cara y su piel estaba helada. No respiraba, ni tampoco latía su corazón. Johana estaba muerta...por mi culpa.

 -Pe...perdón.-Decía entre sollozos, mientras acariciaba su rostro.- ¡Esto no puede estar pasando!

 -¿Rapunzel?

  Me volteé y me encontré a Jack y a todos los demás.

 -¿Estás bien?-El peliblanco se agachó junto a mí y me tomó la mano, pero yo la retiré y me lancé a sus brazos, llorando más fuerte. Al principio lo noté sorprendido, pero al instante su cuerpo se endureció como una piedra.

 -¡Johana!-Fue el grito más desgarrador que había escuchado jamás, el de Micaela.


  MERIDA POV

 -Punz, tranquila, por favor.-Trataba de calmar a mi amiga, que lloraba desconsoladamente sobre mi regazo.

  Nos encontrábamos en la carpa, mientras que los chicos estaban afuera con Micaela. Los gritos horribles de la mujer no servían en lo absoluto para calmar a Rapunzel, pero no podía culparla.

The Big Fourحيث تعيش القصص. اكتشف الآن