James. ¡Maldición! ¡Era mi mejor amigo! James era el único amigo que tenía como vecino. A los demás los conocía gracias a él, porque llevaba más tiempo viviendo aquí.
Fui a su casa, decorada a medias, con unas calabazas plásticas regadas por el suelo, y varios adornos y herramientas. Toqué con desespero, hasta que mis puños dolieron. Nadie me contestaba. Incluso la luz estaba apagada. Miré por la ventana, y vi algo que se movió. Giré el picaporte, y abrió con un chirrido. Maldije por lo bajo, y entré. Estaba todo muy oscuro, y callado.
- ¿James? -susurré-. ¿Estás ahí?
Encendí la luz a tientas. Nada. Nada más que muebles en la sala. Me quedé quieta por unos momentos, y agucé el oído. Pude escuchar un quejido, que pareció venir de la cocina. Me dirigí hasta allá.
- ¡James! -exclamé al verlo atado a una silla. Tenía una jeringa en el brazo, con un catéter que le extraía sangre. Su cabeza estaba gacha, y apenas abrió los ojos al verme. Balbuceó algo que no pude entender-. ¿Quién te hizo esto? ¡Dios mío!
-Adriana, vete de aquí, por favor. Te lo ruego. -James susurró.
- ¿Por...por qué dices eso?
-Él. Está aquí. Te encantó con esos bombones -respondió con dificultad, chocando las palabras.
- ¿Él?
-Sí, él. Es un vampiro, te quiere a ti - ¿Otra vez? Está bien que sea Halloween y eso, pero ya está bueno de tanto invento.
- ¿¡Estás delirando!? Te sacaré de aquí, tú no estás en tus cabales. Voy a llamar a emergencias.
-Adriana, no es ninguna broma, ni estoy delirando. Te lo juro.
Caminé hacia la sala y tomé el teléfono, ignorando a James. Comencé a marcar el número de emergencias.
-Buenas noches, ¿cuál es la emergencia?
-Hubo unos asesinatos horribles, y hay un chico desangrándose en el vecindario, en la casa número...
Me arrancaron el teléfono de la mano, y lo estrellaron contra el suelo. Giré, lento, temblando. Y vi a un chico, el más guapo que había visto en mis veintitrés años de vida. Bah, ¿en serio estaba viendo qué tan guapo era cuando podía ser el secuestrador de James? Me sonrió de una manera que me aterró. Cuando mis pies quisieron correr, él me tomó por el torso. Traté de resistirme, me revolcaba en sus brazos y lo golpeaba, pero no me soltaba. Me llevó al cuarto de James y me lanzó a la cama.
-Adriana -dijo, colocándose encima de mí.
- ¿Quién...quién es usted? ¿Qué le hizo a James?
Se rio a carcajadas.
-Sabría que vendrías a defender a tu amiguito James. Soy el vampiro que él dice -Me reiría de no ser porque ahora estoy muerta de miedo, y de no ser porque estoy considerando que él pudo ser el asesino.
-No, no, no. Usted está bromeando. Usted y James.
Recordé lo que me dijo la anciana en la tienda. ¿Sería él quien vivía en mi casa?
-No. No estoy bromeando. ¿Qué tal si te dijera que yo soy quien cometió todos los asesinatos que viste? -Entornó los ojos, y traté de convencerme de que no era así, de que era James con otra de sus bromas pesadas.
-Pues, no sé. Le creería. Un vampiro debe ser un buen asesino, supongo. -Puse la voz más burlona que tenía, a pesar de que el horror apenas me dejaba hablar.
- ¿Te gusta burlarte? Bien. -gruñó, y me enseñó sus colmillos. Me hundí en la cama, tratando de escapar. Tenía razón. Comenzó a acariciarme y luego me besó.
- ¡Pare! ¡Le doy mi sangre si quiere! -No iba a dejar que me violara, por favor. Prefiero morir antes que eso. Además, quería saber que tan lejos llegaría con su bromita.
-Eso quiero, sí. Me encantan cuando se entregan solas. -Sentí sus labios moviéndose en mi cuello, y lejos de provocarme placer, sentí un profundo miedo. Sus colmillos se clavaron en mi carne, y chillé-. Cometiste un gran error. Nunca te burles de un vampiro en su cara, ni digas que no le tienes miedo. Podrías pagarlo muy caro. -Habló, tenía los dientes llenos de sangre. Sacó una jeringa de su chaqueta, y la enterró en mi brazo como si fuese un puñal-. Te tengo un secreto: los bombones estaban rellenos de sangre.
Todo se volvió oscuro.
ESTÁS LEYENDO
Come un bombón... y dejame entrar
Short Story"La vida es como una caja de bombones, nunca sabes si lo que tomarás te gustará o no" Adriana ha estado recibiendo una caja de bombones en los últimos diez días. No tienen marca, ni algo que pueda indicarle que son de alguna chocolatería cercana, só...