Lyra Black: la hija del asesino.

X. Dolores Umbridge.

¡Hola!

Lamento mucho el tiempo sin actualizar, la universidad lo complica todo...

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Se puso de puntillas buscando el pelo rubio de la chica en el andén. No lo vio y entonces se desesperó. Suspiró, arreglándose el cuello de la camisa blanca, le gustaba como le quedaba aquel traje: camisa blanca, corbata negra, pantalones formales. Le remarcaba el pecho, hacía que sus ojos resaltaran.

Y entonces fue cuando la vio, no pudo reprimir una sonrisa al ver su cara de medio asco al andar entre los Weasley, solo había uno que se ganaba el cariño de su mirada, aquel que le rodeaba la cintura con una mano. También se fijó en el perro negro que iba junto a ella. Sus ojos se cruzaron, y ambos sonrieron como hacia al menos un mes -desde aquella tarde en el Callejón Diagon- que no lo hacían.

-¡Nott! - Gritó, apartando sin ningún cuidado al niño que vivió y corriendo hacia él, serpenteando entre la gente. Al final se abrazaron, y fue un abrazo que duró varios minutos, en los que ninguno de los dos quería separarse. -Te he echado de menos. - Le susurró en el oído, y él le beso en la mejilla.

Toda la familia Weasley, Remus Lupin, Nymphadora Tonks, Ojo-loco Moody, Harr y Hermione pudieron escuchar al perro gruñir. Se despidió de ellos agitando la mano con una sonrisa de par en par, y después se metió en el tren, mientras su amigo, su MEJOR AMIGO, tiraba de su mano.

Se sentaron en un compartimento al final, aquel que siempre estaba libre hasta cuando los alumnos nuevos no encontraban donde sentarse, y allí el uno frente al otro, simplemente rieron.

-¿Cómo fue el resto de tu verano? - Le preguntó ella al final, viendo su propio reflejo en aquellos ojos verdes y resplandecientes.

-Me he pasado todas las tardes solo en casa, - afirmó con una sonrisa: junto a ella era casi incapaz de ponerse serio. -El poco rato que mi padre ha pasado en casa no ha dejado de repetirme que tengo que estudiar, que este año son los TIMOS y que espera que no le decepcione.

-Mi padre no me ha dicho nada de las notas, - sentenció ella, contemplando las puntas rubias de su cabello. - Pero lo cierto es que me cayó un buen castigo por ir a verte, - añadió con las cejas alzadas y él rió al ver la expresión de su cara: la culpa no pasó por ninguno de ellos.- He estado desde entonces encerrada en mi cuarto...Con Weasley, - terminó guiñándole un ojo, y ella rió, cambiando de asiento para llegar frente a él. Se acostó como siempre hacia, con la cabeza apoyada en su regazo, apoyando los píes en el cristal.

- ¿Te enteraste de lo de Potter y los dementores?

-Creeme que sí, - dijo ella poniendo cara de asco, - tuvimos que soportar una "gran fiesta" porque no había sido expulsado de Hogwarts. Agh, le deberían haber echado. - Concluyó, cerrando los ojos al notar la mano de su amigo acariciando su frente.

-No puedo estar más de acuerdo. Pero Dumbledore le respalda ... Si hubiéramos sido cualquiera de nosotros probablemente ya estaríamos expulsados.

-Ni lo dudes, - murmuró negando con la cabeza. - No todos podemos ser el favorito de Dumbledore. Podrá ser muy inteligente, pero de verdad, hay veces que no lo soporto...