Estábamos en una carretera, era de madrugada.
A velocidad alta, por supuesto.
El camino era solo silencio.
Hasta que encendiste la radio, sonaba “Left Alone-Sleeping with Sirens”.
Comenzaste a llorar.
Cerraste los ojos con dolor, y bajaste la cabeza quedando tu frente en el volante, tus uñas se quedaban marcadas al igual que tus brazos.
Un tráiler venia contra nosotros, este tocaba su bocina con apuro.
Yo gritaba tu nombre desesperadamente.
Me ignoraste y pisaste el acelerador.
Gire el volante para salvar mi vida.
Pero ¿cómo podía salvar la tuya si parecías ya estar muerto?
