Dominic [REESCRIBIENDO]

2. La decisión

Capítulo 2: La decisión.

Flinn entrelazó sus dedos y los apoyó sobre su regazo mientras se colocaba en su silla de oficina haciéndola rechinar. Yo, sin embargo, estaba sentada con mis piernas en un ángulo perfecto de noventa grados y con mi espalda totalmente recta, mis manos descansaban sobre mis muslos y miraba con soberbia hacia Flinn.

-bueno Charleen, cuéntame, ¿cuál a sido el veredicto?

Observé como endurecía su gesto, sabía que el apuesto Flinn, acabaría echo trizas cuando saliera por esa puerta, todo lo que le tengo que decir no sólo le dañará a el, sino que a mí también. Y ¿por qué? Pues la verdad es que no tengo ni idea, pero en estos tres meses no sólo eh dado la tabarra, también me eh recuperado un poco de una manera peculiar, logré encariñarme de Flinn, sentir confianza hacia el a mi manera, pero ese repudio que sentí ayer hacía mí me dejo más que claro que yo para el, no era más que una simple paciente problemática y que le daba lo mismo si acababa en una casa de prostitutas o bajo un puente cazando ratas para poder sobrevivir. Y la cosa es así, una manera de destrozar tus sentimientos cruel y desastrosa.

Me puse en pie con todo el valor del mundo y saque la carta que garabateé pocas horas antes y que, a decir verdad, me costó horrores escribir.
Tomo aire profundamente y con esfuerzo dejé la carta sobre su mesa y dije lo que tanto había practicado hacia unos minutos.

-Me ale-alegro de ha-haberle cono-conocido.

Y me marché. Salí de su despacho recordando su cara de asombro mientras me encaminaba para volver a mi habitación.
Tendría que ser rápida, sabía que el doctor Flinn saldría en mi busca después de leer esa dichosa carta, pero si aquí no era bienvenida volvería hacia un lugar oscuro donde valía más la pena morir que vivir.
Tomé mi mochila y la colgué sobre mi hombro y me encaminé hacia la salida donde un Coche negro lujoso con ventanas polarizadas esperaba por mi llegada.

Sentía que estaba en una de esas escenas de película en las que la chica caminaba a cámara lenta hacia su propia muerte, en las que se paraba delante de la puerta del copiloto sin hacer absolutamente nada y que finalmente algo la hace despertar o simplemente salir de una visión, pero desgraciadamente la ventanilla bajar fue lo que me asusto haciendome recobrar el juicio y no una simple pesadilla.
El cerdo asomó su cabeza de melón, sonrió con suficiencia mientras decía: "sabía que volverías a mi" Yo tan solo me limité a mantener mi frialdad en su sitio y sin mover ni un solo pelo pensé en cómo acabará mi vida.

"Venga charlie, sube de una puta vez"- gritó mi subconsciente, pero yo era incapaz, no podía hacerlo, no podía.
Pero mis indesiciones al cerdo solo le hizo cabrear y más cuando miro sobre mi hombro y se encontró al doctor Flinn corriendo hacia nuestro encuentro.

-mira jodida puta, o subes ya o te juro que me cargo a ese doctorcito.

Y bueno ahí fue cuando actúe, abrí la puerta y subí, dejando a un desconcertado Flinn en el césped mirándome.
Y todo volvió a ser una película, el coche avanzada a cámara lenta mientras yo miraba a Flinn y el me seguía con la mirada.
Y plasss!
Volví años atrás cuando el cerdo me jaloneo escaleras abajo hasta su coche y nos perdíamos ladera abajo, dejando a mamá allí tirada, en el suelo, sin vida.
Me fui sin mirar a tras y allí la dejé, esperando a que la salvara o probablemente que me salvara.
¿Este podría ser mi final?
Medite esa pregunta durante todo el camino, ya me daba igual tener que vestirme con unas braguitas de encaje o tener que bailarle a esos guarros.
Lo que me importaba en ese momento era la respuesta de esa pregunta.
Y aunque solo ansiaba una simple respuesta corta de si o no, me era imposible contestarla yo misma, no sabía que pasaría y dudaba de que tuviera una vida cuando entrara por la puerta de ese local.

¿Este podría ser mi final?
Habría apostado lo que fuera en el "Si", pero habría perdido.
La verdad es que sorprendentemente era un "No" rotundo.
O así lo dijo él, "el no siempre gana amor".