3• Aunque ahora estés con el

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- Y ésta es la cocina, el comedor, la sala, las escaleras, el baño, las habitaciones... - Gumball me habia llevado a todos los rincones de la casa sin soltar mi mano, menos nuestra habitación.


- ¿Gumball? ¿Darwin? Bajen a comer, chicos - se escuchó la voz de Nicole desde la cocina.


Gumball apretó mi mano y al bajar las escaleras me abrazó, luego me sostuvo de la espalda y las piernas y me levantó del piso para llevarme hasta el comedor, donde me colocó en una silla que empujó para que to quedara frente a la mesa.


- ... Y ésta va a ser tu silla - dijo Gumball sentandose en la silla de al lado - junto a la mía.


Nicole llegó con un tazón lleno de spaguetti rojo, otra con lazaña, después trajeron una jarra de jugo de naranja y colocaron los platos, vasos y cubiertos.


Terminando de comer trajeron helado de postre, mientras lo comíamos Gumball dijo:


- Hacen esto por ti, amigo - y tomó mi mano.


Nicole sonrió.


- Si, Darwin, queriamos tener un niño que comprendiera a Gumball - dijo ella, Gumball me miró y volvió a abrazarme mientras Nicole seguia hablando - porque ya tenemos una niña.


Yo me sorprendí mientras todos miraban a las escaleras, luego los imité, apareció una niña con vestido naranja bajando, no se veía su cara, tenía la vista baja, su cabello rosa la cubría.


- Darwin, ella es Anais, tiene 5 años - me explicó Nicole - es muy inteligente, su cerebro madura más rápido que el de otras niñas de su edad.


Anais levantó la vista, me miró demasiado sorprendida, se acercó lentamente sin quitarme la mirada de emcima hasta quedar frente a mi.


- Hola - dije yo sonriendo.


- Hola... Darwin - dijo ella con una ligera sonrisa y los ojos le brillaron un poco más - lindos ojos.


- Gracias - respondí algo extrañado


- Bueno, Anais, ahora que conociste a tu HERMANO, es momento de que Gumball le muestre su habitación - le dijo Nicole levantándose de la mesa, me pareció que su voz estaba un poco menos dulce.


- Claro, mamá - respondió Gumball emocionado, tomó mi mano.


Yo me volví para tomar mi helado rápidamente y alcancé a notar que Anais tenía una ensombrecida mirada fija en las manos que Gumball y yo teniamos unidas; después Gumball me llevó hacia arriba.


No Puedes Dejarme.Where stories live. Discover now