Capítulo 3

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La situación la sobrepasaba en todo aspecto, si bien era una Auror fuerte y segura de sí misma, en este momento no tenía oportunidad de defenderse, el amor de su vida era un lobo, no la reconocía y estaba dispuesto a atacarla. Quería que todo acabase de una vez, quería que su esposo terminara con su sufrimiento. Al mismo tiempo no quería que nada de esto pasara, sabía como se sentiría Remus al respecto si llegaba a pasar: la culpa lo carcomería, no lo dejaría en paz; hasta el último de sus días recordaría lo que le había hecho a la mujer que amaba y por ello se alejaría de todos. Conocía bien a su marido, sabía que esos serían sus pensamientos.

Tendría que haberle hecho caso a Moody, debería haber esperado a que estuviera listo el plan, de haber sido así nunca la hubieran capturado, no hubiera llegado a esta situación tan engorrosa y no tendría que pasar por este sufrimiento, ni ella, ni él. Siguiendo con el hilo de su pensamiento, no debería siquiera haberlo llevado hasta ese bosque para empezar. Podría haber hablado de lo que deseaba estando en la casa segura. Podrían haber dado un paseo por los terrenos del lugar en que se encontraban, manteniéndose dentro del perímetro protegido. Si hubiera hecho eso, nunca los hubieran atacado, nunca lo hubieran tomado prisionero en primer lugar y podría haberle dado la noticia. Nuevamente se encontraba pensando en ello, la maldita noticia que tanto la había alegrado y ahora carecía de sentido dada la situación actual de ambos. Ahora lo único que le importaba era salir con vida de allí o que todo acabara lo antes posible.

Remus se acercó de nuevo, dispuesto a atacarla, apenas a dos milímetros de su cuello la garra se detuvo y fue enviado para atrás. Tonks incluso llegó a sentir la punta de las garras sobre su piel y el viento que el movimiento de su pata provocó, provocando que se estremeciera. El lobo aulló y gruñó, cada vez más molesto por no poder encargarse de su presa. Los mortifagos reían y Bella quiso agregarle un toque extra: 

"¡Flipendo!" gritó primero, golpeando al lobo para enfurecerlo más, luego gritó "¡Diffindo!" lanzando el maleficio que provocó cortés en los brazos y la cara de Tonks, heridas superficiales, no muy profundas, pero que comenzaron a sangrar enseguida. "¿Hueles eso cachorro? Es la sangre de tu cena. No es pura, lo sé, pero eso lo hace incluso mejor..."

Seguido a eso, la mortífaga lanzó un Crucio al lobo. Quería que el animal quisiera devorar a su presa, quería que lo deseara con tantas ganas, que una vez que llegara a ella no le diera tiempo ni de gritar. También lanzó un maleficio cruciatus a la metamorfomaga, puesto que antes de que sucediera, quería poder oírla suplicar, quería que suplicara piedad y misericordia, quería que gritara tanto que se quedara sin aire y sin voz.

Ahora el lobo estaba realmente enfurecido, olía a sangre y quería a su presa. Se abalanzó contra ella y esta vez su garra no fue detenida, impactando de lleno contra el brazo izquierdo de Tonks. El impacto fue tan grande que incluso cortó una buena parte de las cadenas permitiendo a Tonks moverse y ponerse de espaldas al lobo. Sus intenciones ya no eran las de escapar, sino las de protegerse a sí misma lo más que pudiera, y en especial cubrir su lado frontal, pero no todos comprendieron lo mismo.

"No, no escaparás" dijo Bellatrix creyendo esas sus intenciones y gritó "¡Inmóvilus! ¡Crucio!"

La metamorfo se estremeció y quiso hacerce un ovillo, el dolor era tan intenso que su cuerpo pedía poder retorcerse, pero el maleficio anterior la inmovilizaba; no podía hacer nada, sólo podía quedarse parada ahí, recibiendo la tortura por parte de esa bruja oscura que la rechazaba como familia y que sólo quería jugar con ella como con un muñeco.

Distraídos, preocupados de que la Auror escapara, no vieron que el lobo se había acercado a ella de nuevo. Oliendo la sangre y enfurecido y esta vez logró darle de lleno en la espalda, provocándole heridas serias. Los mortífagos echaron a reír mientras las lágrimas caían por el rostro de la pelirosada. Sólo quería que todo terminara, si iba a morir no quería que fuera en manos de nadie más que el amor de su vida, era algo trágico y sabía como eso afectaría a su esposo cuando recobrara la conciencia, pero ella lo prefería así.

Cuando ya se había rendido y ya no intentaría luchar, fue cuando el lobo casi la muerde. Los dientes se habían acercado peligrosamente su cuello, había sentido su aliento caliente y húmedo sobre su piel, pero una luz blanca lo había detenido. No sabía de dónde provenía pero allí estaba y la había salvado justo a tiempo.

"¡Remus!" Escuchó que gritaron. No podía ver nada al estar con el rostro de frente pegado al poste aún bajo el encantamiento "inmóvilus". Escuchaba los ruidos de encantamientos chocando contra el suelo, contra una pared, contra encantamientos defensores, y contra algún mago. Un hechizo rebotó en ella y ya sin poder contenerse más y habiéndose roto el encantamiento que la mantenía de pie sin posibilidad de movimiento alguno, cayó al suelo. Pudo ver de forma borrosa como alguien contenía al lobo procurando no herirlo, veía hechizos ir y venir y gente corriendo. Magos se transformaban en humos, negros y blancos por igual. Alguien se acercó a ella y puso una mano sobre su hombro. Entonces sintió como algo impactaba contra ella, todo se volvió confuso y poco a poco llegó la oscuridad. 


Te amaré hasta el finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora