La ladrona de lágrimas

El Chico de la Risa Bonita.

{¿Cómo se llamaba?
No lo recuerdo, quizás
¿"El Chico de la Risa Melodiosa"?.
No,
estoy segura de que así no era.
Digamos que era "El Chico de la Pizza",
era oír su nombre y alegrarme entera.
O "El Chico de las Sonrisas", que hacía que mis labios formasen una curva cada vez que con él bromeaba.
Ah, ya me acuerdo, si... Era...
"El Chico de la Risa Bonita".}

Creo que en su día se rompió, y poco a poco sus piezas volvieron a juntarse, eran pedazos rotos, con cicatrices de lucha y no todos volvieron a donde antes estaban, pero joder, a mí me bastaba.
Que risa tan bonita la suya señores.
Lo que envidiaba mi guitarra ese sonido. Y las teclas de mi piano, a veces ni sonaban, me susurraban que no podían sonar si la canción de su risa seguía, pero oye tú, envidia cochina les decía que tenían.
No puedes pedir que algo tan bonito se acabe, porque no, me niego.