Capítulo 36

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Capítulo dedicado a @afterinfinito

Canción: "Nuestro Amor Será Leyenda" de Alejandro Sanz

KATHLEEN

―¡Kathleen! Nena abre los ojos ―Escucho la voz de él que me llama desesperado.  No quiero abrir los ojos, mis párpados están pesados, solo quiero dormir―, ¡Kathleen por Dios despierta!

Abro los ojos y veo su rostro preocupado, un suspiro de alivio sale de su boca, frunzo el ceño, ¿Por qué David tiene esa cara?

Intento recordar como ha sido el día de hoy y no llega nada extraño a mi mente.

Me levanté como todas las mañanas, me duché, desayuné, salí de casa y fui a la Escuela de Arte, entregué una serie de asignaciones que me pidieron mis profesores y me sentía emocionada y feliz, mi primer año llegaba a su final y no había estado nada mal, eximí varias materias y eso me tenía feliz.

Ahora tendría un mes y medio de vacaciones para hacer muchas cosas, lo malo es que mi querido novio no estaba en las misma condiciones que yo, él tenía que trabajar, pero bueno ya veré que me viene a la mente en todos estos días libres.

Observo de lado a lado, me ubico en donde estoy, inmediatamente reconozco el lugar, el departamento, la habitación y la cama de David.

Estoy acostada en su cama, me intento levantar de ella, pero él me frena con sus manos y detiene mi intento por incorporarme, en cuestión de segundos un dolor de cabeza horrible me ataca a la altura de las sienes.

Mierda, ahora que recuerdo, al salir de la Universidad un horroroso dolor de cabeza me atacó de repente, conduje hasta el departamento de David y ya no recuerdo más nada, creo que senté en el sillón y ya.

―¡Gata! Tienes fiebre, estás muy caliente.

Frunzo el ceño ¿Fiebre? ¿Y por qué tengo fiebre? Yo me sentía bien esta mañana, ahora no tanto pero esta mañana sí, pienso.

David tiene un vaso con agua en una mano y en la otra una píldora gigantesca de esas que tanto odio, lo observo ceñuda, él me la ofrece y algo dudosa la ingiero con un poco de líquido, vuelvo a recostarme pero él me levanta en sus brazos.

―¡¿Qué haces?! ―Le digo molesta, quiero dormir, necesito dormir por un buen rato, además que los párpados me pesan.

―¡No! No vas a dormir, tienes fiebre.  Llamé a Mía y dijo que debes bañarte por un largo rato, que ella ya viene para acá a ver que es lo que tienes ―lo observo algo molesta―, y también me dijo que si intentabas ponerte malcriada te diera un par nalgadas.

―Mi mamá no diría eso ―él sonríe ante mi comentario.

―Tienes razón, Mía nunca diría eso.  Las nalgadas corren por mi cuenta, así que vamos al baño.

Suspiro profundo, ¿Por qué será qué cuando uno se siente mal no lo dejan descansar con tranquilidad?  Dios, no puedo negar que este dolor es horrible, es punzante e insoportable, es más, ahora siento el dolor en el estómago.

Llegamos al baño y una vez más David me desviste, esta vez es por circunstancias distintas,  pero David tiene un fetiche con despojarme de mis prendas.

Veo como llena la tina y me da la mano para que entre, cosa que hago, inmediatamente me erizo, no sé que está peor,  si el agua del baño, mi malestar general o el dolor de cabeza.

Estoy temblando, la piel la tengo de gallina, mis dientes chasquean con ímpetu, está mierda es horrible.  David toma una silla que ha traído de la sala, la coloca muy cerca de la bañera, se sienta en ella y me pide que me sumerja en el agua.  Toma una esponja de baño, la empapa y la exprime en mi cabeza, repite el proceso muchas veces, mientras lo hace comienza a hablar.

Tan Solo Tú © En edición.Where stories live. Discover now