Papá...

3K 186 12
                                    

CAP. 48

Papá...



Su mirada gélida me petrifico. ¡Dios mío!

Jamás lo había visto así, ni por Erza.

—¿Qué diablos paso?— dijo Natsu rugiendo. Apretando su puño, llegue a ver una gotita de sangre gotear de el.

—Estábamos dentro con Makarov, escuchamos ruido y creímos que habían regresado, así que Gajeel y yo salimos, pero no había nadie, el ruido nos extraño, nos acercamos a la orilla pero nada. No se veía nada. Hasta que vi de reojo a Levy. Antes de que reaccionara de esa mirada tan contraída, escuchamos un disparo que fue a parar directamente hacia un lado de Gajeel— dijo Gray.

¡Nos tenían vigilados!

—Todo paso muy rápido, corrimos dentro de la casa a resguardarnos y conseguir armas. Así fue hasta que Makarov se paro de la cama con dificultad y nos dijo que huyéramos. Bajo su cama había una puerta, solo podía abrirse por dentro. Comenzamos a salir hasta que el cerro la puerta, vimos como subían 10 encapuchados, hicimos ruido y ellos voltearon pero no nos vieron, nos escondimos hasta que exploto todo— dijo gruñendo.

El se había sacrificado, el nos había mantenido con vida, nos salvo.

¡Makarov!

Mis ojos comenzaron a picar. Todo era mi culpa.

—Papá...—susurro Natsu, clavando aquellas palabras como una daga al corazón.

Me acerqué a el pero no respondió, se quedo quieto.

—Vámonos — Agregó Gajeel— Este no es un lugar seguro, ya no lo es.

Natsu saco su celular, sin ver marco un número.

—¡Carajo no hay servicio!— grito. —Caminemos rápido antes de que nos encuentren, ¿Juvia trajiste ropa? — ella asintió y me dio un mayon negro junto con una capa o poncho con gorro, apenas me había dado cuenta que todos traían una capa o poncho igual.

Me la dio y rápido me cambie.



Comenzamos a caminare y solo escuchaba los sollozos de Levy. ¡Todo es mi culpa!

Llegamos hasta donde estaban las lápidas de Erza y Jellal, me pare un segundo.

-lo siento...- susurre y otra vez mis ojos picaban. Amenazando con un río de lágrimas. Natsu me jalo y seguí casi casi a rastras.

Caminamos al rededor de dos horas. Cuidando de que no nos vieran. Caminamos rápido y descansábamos un par de minutos. Comenzó a oscurecer y la luz del día comenzaba a perderse, y la neblina a descender.

Yo veía hacia atrás cada 30 segundos, se escuchaba ruido atrás de nosotros pero no había nadie, solo era el aire helado que nos acompañaba y uno que otro animal.

Cuando menos lo vi había una carretera a uno 10 metros frente a nosotros.

—¡MIERDA! No recordaba que estuviera tan lejos la puta carretera...— dijo ya irritado Gray.

Salimos y todo estaba completamente oscuro, ninguna luz se veía, estábamos a oscuras.

Había un pequeño poste con un teléfono y alado de este un pozo. Natsu se acercó a él, se recargo como si estuviera alcanzando algo, saco un cuerda negra y comenzó a tirar de ella. Hasta que salió una caja de plástico color  negro, dentro de ella algunas linternas, balas, un pequeño botiquín, y unas dagas muy pequeñas y finas.

Mi muerteWhere stories live. Discover now