de Teddy a Remus y Tonks

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Queridos mamá y papá,

les escribo en la noche, al final de mi onceavo cumpleaños, la tía Ginny me preparó un pastel de cumpleaños enorme, James no me despertó a almoadazos -lo que ya es mucho-, Luna me llevó el desayuno al cuarto, el tío Harry me regaló una escoba y lo mejor ¡en la mañana llegó mi carta de Hogwarts! Pero no me puso tan feliz como debería, no me malentiendan, estoy feliz, pero pensé en que todos los niños a los que les ha llegado y les llegará, van donde sus padres y les piden que las abran porque están demasiado nerviosos y van al Callejón Diagon a comprar las cosas y, tomados de la mano de sus padres, compran sus varitas, pero fue bueno ir con el tío Harry, con alguien que tampoco había podido hacerlo.

Frente al Caldero Chorreante, en el Londres muggle, una niña pequeña me preguntó por mi cabello y antes de que pudiera responderle llegó un muggle alto y canoso, supongo que sería su padre, y la alejó diciéndole que no se acercara a los "fenómenos". Cuando se hubo alejado, el tío Harry lanzó un chorro de agua y pareciera que se hubiera orinado en los pantalones.

Entonces pensé que era algo que, mamá, hubieras hecho y que, papá, hubieras desaprobado y empezarían a pelear y no pararían hasta que yo les pidiera algo de comer.

Lo siento si no es una carta muy larga pero olvidé todo lo que tenía planeado escribir, hay ciertas faltas gramaticales que, papá, no hubieras pasado por alto pero es obvio que fui escribiendo como fui pensando.

Con cariño, Teddy.

Cartas muertas de Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora