1

61 18 9
                                    

Años después.

Diay sí, yo me acuerdo cuando jugaba con las gallinas y los pollillos esos a medio día fingiendo estar en Europa. Hasta le puse Coco Chanel a una gallina.
Siempre quise ir ahí, a ver cómo es eso de la agua de soda (pa' mí que es una vasito de agua con galleta Soda, vieras que rico sabe).
Ahora tengo unos 29 años, y ni plata pal' bus tengo, y menos para ir a Francia.
Pero di, igual, mi tía Inés me hizo el sueño ese realidad hoy en la mañana.
Cuando me desperté y salir a ver a las vacas, me encontré una carta en la mesa donde estaba mí tata dormido con una jarra e' cerveza en la mano.
Decía:
De: Inés Cochoné (Herrera)
Para: José María Herrera.
Como el viejo estaba dormido, di pues abrí la carta:

Querido José:
¿Cómo te encuentras sobrino mío? ¡No sabes cómo te extraño a tí y a tú papá!
Bueno, amor, quiero invitarte a pasar un tiempo en la mansión de mi esposo, Antoine Cochoné. Aquí tendrás todas las comodidades que gustes, y para cuando vengas, le diremos a nuestras sirvientas que preparen sopa de caracoles acompañada de champaña. ¡Te va a encantar!
Te espero con muchas ansias. Además puedes quedarte a vivir aquí. La vida es mucho mejor, más lujosa, más moderna.
Recuérdame hacerte un tratamiento para las manos, de seguro las tienes terribles.

Siempre tuya;
Inés Cochoné.
Esposa de Antoine Cochoné.

―¡Mi tatá!― grité. El viejo se despertó de un brinco, casi cayendo de la silla de madera y derramando toda su cerveza sobre él ―¡José María Herrera!― me regañó, colocándose en pie y levantándome la mano pa' pegarme ―¡Ay no, suave, suave!― grité ―La tía me invitó a Francia― ahí mi tata abrió los ojos de par en par y bajó la mano ―¿Me está jodiendo?

―No, no, vea! Hasta se casó con un colchón.

Con la rapidez con la que se corta un pescuezo de gallina agarró la carta y la leyó, entonces: ―Wila más idiota― hizo un rollo la carta y me pegó un cartazo (¿así se dice vea'?) -Se llama Chochoné, ¡no colchón, bruto!
―Ay, ay, perdóneme.
―Si, si bueno, ¿vasir'?
―¿A Francia?
―No, a al gallinero.
―Ah, pues... Di, no he recogido los huevos...
―Es que me salió buen burro... ¡A Francia mijo, Francia!
―Ah, ¡sí, sí!
―Ta' bueno. Páseme un lapicero o algo pa' contestarle a esa doña.
―Pa', ¿usté' no va?
―No mijito... Esa gente cree que uno es un ignorante. Mejor me quedo aquí con mi cafecito.



Un latino en ParísWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu