Capítulo 4✨

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Me separé de Rick.

-¿Dónde está Abraham?

-Ahora es el jefe de obra. Ha salido a buscar materiales para reforzar los muros. -puso sus manos en la cintura.

-Carl no está en su habitación, he dejado el sombrero encima de su cama.

Asintió con una sonrisa.
La puerta de la entrada se oyó cerrarse y el hombre habló de nuevo.

-Tal vez sea mi hijo. Vamos abajo.

Salí detrás de él y bajamos las escaleras.

-Lo que oyes, Daryl. -oí hablar a Carol.

-¿Estás segura? Tal vez lo hayas soñado. -contestó la voz ronca del arquero.

-Que no, Dixon. Rick estaba conmigo.

-¿Qué pasa conmigo? -preguntó con gracia el líder llegando adonde estaba la pareja.

-Ella dice que ___ está... -empezó a decir Daryl. Calló cuando me vio entrar en la estancia.

Me inspeccionó varias veces con la mirada, como si no creyera que fuera yo. Dejó su bandolera a un lado y vino a mí corriendo.

Abrí los brazos lista para su abrazo. Me cogió en brazos y me aplastó.

-Sabía que estabas viva. -dijo poniéndome de nuevo en el suelo.- Has cambiado muchísimo, bicho.- sonrió nostálgico.

-No empecemos de nuevo, por favor. -rodé los ojos.

-Pero... ¿cómo? Es decir... no entiendo nada...

-Ya os contaré todo. Si me disculpáis quiero ver a mi amigo, está en la enfermería y me gustaría saber cómo se encuentra. -sonreí. POR DIOS, SONREÍ.

-¿Quieres que te acompañe? -me dirigió la palabra Rick.

-No, gracias, ya me las apañaré para no perderme por ahí. ¿Puedo llevarme una, Carol? -pregunté refiriéndome a las galletas.

-Claro, cielo. -y en vez de darme una, me dio dos.

Las cogí y la miré a los ojos. Notaba un sentimiento de culpa dentro de ella, algo que no podía explicar.

-Adiós. -dije en un hilo de voz abriendo y saliendo por la puerta.

Di un pequeño mordisco a mi almuerzo. Después de todo lo que había tenido que pasar, ¿no les tenía rencor? ¿Por qué no odiaba a las personas que me abandonaron a mi suerte?

¿Y qué había de Carl? Se encontraba en este mismo recinto, no a menos de cien metros y en vez de buscarle y volver a sentir su tacto prefería ir a la enfermería a visitar a un chico que solamente conocía de hace un par de meses. Qué irónico, ¿verdad?

No había mucha gente en este lugar para la cantidad de casas que se encontraban a los lados de la calle.

Una chica rubia estaba sentada en el porche de su casa, tomando un vaso de agua.

-Perdone, -me acerqué hacia ella.- ¿podría indicarme dónde se encuentra la enfermería? Verá, soy nueva aquí y estoy un poco perdida.

Aquella mujer me sonrió con dulzura y contestó con gusto:

-Sigue esta calle y al fondo gira a la derecha. Verás un pequeño parque infantil con bancos y en frente una gran casa marrón. Si sigues caminando un poco más te encontrarás con la casa de Deana, que supongo que al ser nueva ya te habrá hecho la entrevista. Bueno, pues justo la pequeña estancia de al lado es a donde quieres llegar. Tampoco es muy difícil saber cuál es porque hay una cruz roja en la puerta.

Everything's going to be okay. II | Carl Grimes. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora