Capitulo 4

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La verdad era que el lugar que había conseguido para vivir en Londres distaba mucho de ser como su confortable habitación en su casa. Era una cueva a la que el conserje tenía el descaro de llamar suite y cobrarla como tal. Apenas si tenía una cama con un colchón desvencijado, una mesa, una silla, y un baúl. La "vista", tan promocionada por el mismo conserje, era un montón de fondos de edificios llenos de chapas y perros que ladraban todo el día, y hasta esa vista se accedía abriendo la ventana a patadas. Hasta ahí, todo era horrible, salvo por la comodidad de la ubicación, ya que estaba bastante cerca del centro, y además tenía internet gratis que le robaba al buffete de abogados que estaba en el edificio de al lado. Gracias a eso, consultó varias páginas hasta que comprobó que Paul tenía razón: Ringo estaba en Liverpool y en dos días daría un concierto.

Estaba contando el dinero que Paul le había dado cuando su teléfono celular comenzó a sonar.

-Hija, soy yo, bueno si te digo hija es porque ya sabes que soy yo, tu madre.

-¿Qué pasa mamá? –dijo con tono cansino.

-Pasa que tu novio está aquí. Y me tiene cansada. Tu pato también me tiene cansada, o te apuras con esa búsqueda estrafalaria, o lo hago al horno.

-Pásame con el pato.

-Midori, te dije que está tu novio.

-¿Sabes? Me gustaría hablar mas con Giuseppe que con Jeremy.

-Cómo eres...

-¡Midori!

No pudo evitar una mueca cuando escuchó la voz de Jeremy, que le había arrebatado el teléfono a Caster. Con lo que le había dicho a su madre, no mentía: prefería escuchar "cuac cuac" antes que mil reproches.

-¿Qué hay? –dijo al fin.

-¿Que qué hay? ¡Midori ni me has llamado! ¡Tengo que venir aquí para preguntarle a tu madre si sabe algo de ti! ¡Se supone que soy tu novio!

-Y porque se supone que eres mi novio, no tienes derecho a gritarme.

-¿Vienes tú a reñirme? ¡Te fuiste sin siquiera avisarme!

-¡Jeremy claro que te dije! –la conversación ya la estaba sacando de su cabales -¡Lo que pasa es que nunca te importó!

-Si buscaras a tu padre, lo entendería. Pero, ¿a tu abuelo? Es por el dinero,

¿no?

-Qué básico eres Jeremy Miller. De verdad no te reconozco.

-¡No empieces con tu moral! ¡Tú nunca...!

Pero ya no escuchó más, sólo cortó la comunicación y apagó el celular. Tenía que pensar en el día siguiente.

*************

Compró el boleto mas barato, de la clase mas barata, en el tren mas barato. Cuando subió, sintió nervios y miedo.

Quizás obtuviera la misma respuesta que le había dado Paul, y al final todo sería en vano y saldrían ganando su madre y su novio. Tenía demasiado orgullo como para permitir eso.

Sin embargo, la idea de volver a casa si una respuesta, era peor. Jamás sabría de dónde venía y eso era triste.

Como siempre, la atacó el hambre, pero igual pudo combatirlo durmiéndose. Estaba cansada, y la verdad era que aquel asiento de tren era mas confortable que la cama del hotel. A propósito del hotel, lo había dejado reservado para cuando volviera. Era malo, sí, pero antes de que no tener nada, prefería eso.

Mi abuelo es un beatleWhere stories live. Discover now