Amantes

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A veces lo dudo, dudo que seamos hermanos y no, no es por la apariencia. Ésta no deja lugar a dudas: el mismo cabello, los mismos orbes azules... si elimináramos esas diferencias artificiales que nos separan, la longitud de nuestros cabellos o nuestras ropas, podrías ser perfectamente mi reflejo en el espejo. No se trata de eso sino de nuestra vida, de nuestros momentos. Todos los hermanos que conozco hablan de los juegos compartidos en el jardín o de sus peleas por juguetes e incluso han llegado a hablar de las manías de sus padres pero... nosotros no podemos. Nos la arrebataron, a nuestra hermosa infancia, nuestra preciosa hermandad.

No sé lo que se siente compartir mi cuarto ni cenar con alguien que no sea mi padre o mi madre y mucho menos sé lo que se siente convivir con un igual. Nos vemos cuando podemos; cuando los estudios, la distancia y los compromisos nos lo permiten estando siempre pendientes a nuestros celulares esperando cada instante disponible para concretar una salida. Nos turnamos, a veces viajas tú y otras lo hago yo mientras que el otro debe quedarse esperando en la estación la llegada del tren. Luego de eso vamos a tomar algo, nos ponemos al día y nos despedimos de nuevo... no, definitivamente no parecemos hermanos.

"somos hermanos, pero parecemos amantes" me comentaste luego de un amplio silencio mientras sonreías luego de que te contara lo que pensaba.

Me sonrojé y desvié mi mirada creyendo que el comentario aquel era sumamente loco, pero coherente a la vez. Un silencio rotundo y luego nos miramos. ¿Pensaste lo mismo? ¿Te pasó lo mismo que a mi? ¿Me miraste y admiraste mi belleza, me llamaste tu ángel, te decidiste a pasar el resto de tu vida conmigo? Yo sé que sí, porque nuestros sentimientos se corresponden tanto como nuestra apariencia.

Te me acercaste... o yo me acerqué... realmente no lo recuerdo. Lo que vino después borró toda memoria anterior de mi mente; nada se le podía comparar. Nos unimos en un beso secreto, prohibido y delicioso. Sentí, por primera vez desde que nos conocimos, que te estaba expresando realmente lo que por ti sentía. Las palabras nunca fueron suficientes para definir nuestras emociones Kouichi.

Nos separamos, nuestras mejillas ardían, teñidas de un rojo intenso. Miramos hacia todas direcciones, corroborando que nadie nos haya visto. En ese entonces aún nos importaba lo que dijeran los demás. Un caos reinaba en mi mente, y sé que en la tuya también. No era normal lo que había pasado, estaba mal y debería avergonzarnos ¿no es así? Pero me había gustado, y mucho, tanto así que deseaba con toda el alma repetirlo.

Rompiendo el silencio, me dijiste que nuestras sospechas habían sido confirmadas: "parecemos hermanos, pero somos amantes". Nos tomamos de la mano, algo inseguros y caminamos hacia la estación entrelazados. Nadie nos había notado todavía, éramos dos figuras más en una multitud muy ocupada en si misma.

Me dijiste que era tarde y que debería irme ya, que al día siguiente era lunes y había que madrugar. Vacilando, nos despedimos con otro beso en los labios, tan fugaz que ningún tercero lo notó. Solo fue percibido por el acelerado pulso de nuestros corazones... y en lugar de sentirlo extraño... lo sentimos natural.

Amantes [One Shot]Where stories live. Discover now