Capítulo 4.1: Todo encuentro es un reencuentro

751 97 18
                                    

¿Nos conocemos acaso de otras vidas? 

Igal pasó gran parte de la mañana pergeñando la estrategia para liberarse de Fher esa noche

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Igal pasó gran parte de la mañana pergeñando la estrategia para liberarse de Fher esa noche. No lo quería en el departamento a la hora en que viniese Manuel, pero no se le ocurría nada ingenioso como para desprenderse de él por unas horas. Nunca había tenido que pasar por una situación así y Fher se sentía tan dueño de casa como él, así que ¿cómo pedirle que se ausentara? Además, ¿a dónde iría? No quedaba otra que contarle la verdad, y quizá fuese un buen momento para hacerlo, así se daría cuenta de que ya no iba a suceder nada más entre ambos y empezaba a ordenar su vida con otras metas.

Por otra parte, podría irse a casa de su ¿amante? ¿Seguía acaso viéndose con el hombre que provocó la tragedia? Aquel a quien, en definitiva, tenía que agradecerle pues si no hubiese sido por su aparición en la vida del gurrumino, jamás habría llegado a conocer a Manuel.

Y sí... No había otra que afrontar la realidad, y tenía que conversar con Fher sin dar demasiadas vueltas así el muchacho tendría tiempo como para planificar algo que lo alejase del departamento esa noche. Además, Manuel se había invitado a dormir, y eso significaba que no bastaría con que el morocho se fuese por unas horas al cine, a un bar o a casa de algún amigo. Debía amanecer bajo otro techo. ¿Se iría a un hotel, a casa de su amiga Ivana o qué iba a hacer? Tampoco era cosa de que apareciera de madrugada con la excusa de haber perdido las llaves y no tener donde pasar la noche. Igal no quería alojarlo en el cuarto de huéspedes. No quería hacerlo pasar por un primo o un conocido. Mucho menos quería que Manuel supiese que era su ex. Qué haría Fher con su vida esa noche no era asunto suyo, pero tendría que desaparecer del mapa durante varias horas. Ahora bien... ¿Querría hacerlo?

El desayuno fue ofrecido por el adulto con todo detalle. El esmero que puso para que nada faltara a la hora de servir el café con leche despertó la curiosidad de Fher, quien de inmediato se dio cuenta de que algo extraño estaba sucediendo. Llevaba tiempo sin ocurrir una situación así. Igal estaba buscando una oportunidad para plantear alguna cuestión bastante seria y había elegido la primera comida del día.

—Algo te traés entre manos vos. ¿No es cierto?

—¿Por? ¿No puedo servir el desayuno en casa?

—Decime la verdad, que andás raro últimamente y eso me preocupa. Aunque no lo creas, te quiero mucho y te conozco bastante, sé que algo te pasa y no sé qué es.

—Sentate entonces, vamos a desayunar en paz, sin discutir, y voy a contarte lo que realmente me sucede. Pero dejame que voy por las tostadas primero.

—No, dejá que las traigo yo, así de paso busco una mermelada de arándanos que hay en la heladera.

Una vez que estuvo servido el café y la primera tostada era untada con mermelada roja por Fher y de naranjas por Igal, el joven le reclamó:

—Y bien, algo tenías para decirme...

—Voy a ser directo porque es necesario que lo sepas. Estoy conociendo a otra persona. Hace varios días que me preguntás qué me pasa y en el fondo sabés qué es. No lo había planeado, pero sucedió y la verdad es que me siento feliz porque estoy viviendo un momento esperanzador, pero al mismo tiempo siento que no tuvo un cierre definitivo nuestra historia.

—Ajá.

—Si bien ambos sabemos que no sucederá más nada entre los dos, ninguno tomó la iniciativa de modificar sus hábitos de vida. Siento que todo se viene postergando. Ahora me veo en la tesitura de definir un encuentro con ese chico y...

—Y querés que me vaya de casa —le espetó.

—Tampoco te lo tomes tan a la tremenda. Te dije que no quería discutir con vos. Solo estoy siendo sincero, algo que me hubiera gustado que hicieras hecho vos en su momento cuando conociste a alguien más.

—Me vas a reclamar esa situación hasta el último día de la vida. Pero no te preocupes, que me voy a ir pronto de tu departamento y no me verás más. Ahora, decime, ¿para qué día querés que me ausente? Porque pensás traerlo acá, ¿verdad? ¿Cuándo debo borrarme del mapa?

—Nos vamos a conocer esta noche. Pero si te jode la situación puedo planear ir a un telo. No es lo que pensábamos. Pero si se te dificulta mucho, me decís y veo qué hago.

—¿Me lo decís recién ahora? No, dejá, no modifiques tus planes. Esta noche no estaré en casa, quedate tranquilo.

—¿Seguro que no tenés problema?

—A vos eso ya no te interesa, por lo visto. No me preguntes y encargate de preparar todo a tu estilo, que imagino que lo vas a deslumbrar —dijo y se levantó sin terminar el desayuno.

Evidentemente estaba enojado. Un instante de tensión se apoderó del comedor y por un momento Igal pensó que había hecho algo incorrecto. Pero no salió corriendo detrás de Fher, como hubiera hecho antes. Quedó mirando lejos, atravesado por una mezcla de emociones entre dolorosas y nerviosas. Solo fue interrumpido por un bip que llegó a su celular. Un mensaje de Manuel. Estaba ansioso por el encuentro y no veía la hora de que fuesen las veintitrés.

* * *

Para las veintidós todo estaba dispuesto. Fher no había vuelto esa tarde a casa. Se había quedado en Corrientes luego del gimnasio. Esa siesta, al momento de ir a entrenar, le avisó que llevaba una mochila con ropa para un par de días, que no sabía si iba a ausentarse hasta el domingo o si volvería antes, pero que no dudara en avisarle si precisaba que dejase libre el departamento por más de una noche. Y como de costumbre, el resto del viaje lo había hecho conectado a su MP4 bajo el hechizo de Rihanna. Así que esas habían sido todas las palabras que ellos habían cruzado durante el día.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - - - - - -

Bueno, bueno... las cosas parece que comienzan a tomar una dirección precisa, y aunque a Fher no parece gustarle nada la situación parece que Igal está decidido a avanzar, ¿no?. ¿Qué les pareció esta primera parte del capítulo? Comenten... y como siempre, si les gustó déjenme una estrellita. Nos vemos en la continuación.



No pude decirte adiós (buscá también la versión impresa)Where stories live. Discover now