Capítulo 26.

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Veintiocho de marzo.
Encontraron su cuerpo inerte en el piso, la sangre se deslizaba por su muñeca sin parar. Cuando su madre la encontró, aun había una lágrima deslizándose por su mejilla.
Intentaron salvarla pero ya era tarde. Era tarde para ayudarla, para intentar salvarla. Era tarde para preocuparse por ella, para ver que ella se encontraba en esa casa. Era tarde para darse cuenta que ella no estaba bien. Era tarde para empezar a quererla. Era tarde para darse cuenta que nadie le dio ni una palabra de consuelo por la muerte de su amigo. Era tarde para darse cuenta que desde que él había aparecido, ella estaba más feliz. Ella sonreía, ella... estaba viva.
Ahora podrían hablar, podrían hacer suposiciones porque nunca sabrían lo que ella sufría, porque su grito de ayuda, su forma de pedir importarle a alguien se había escuchado demasiado tarde.
El tiempo se hizo ver, el hilo que la tenía amarrada a la vida se había roto. Ellos lo habían tensado tanto que al final no dio a basto.
La marea había subido y la término ahogandola. La presión la empujó hasta el fondo de él mar, él único que había logrado alcanzarla estaba tan hundido como ella que se doblegó antes. Se marchó, dejándola en un torbellino.
Unos viven, otros mueren y otros... simplemente viven para sufrir.

Un diario oscuro [TERMINADA]Where stories live. Discover now