El chico bajo la lluvia

178 19 1
                                    

Era una fría mañana de invierno, los pocos e invisible rayos de sol daban un esfuerzo por tratar de despertar al mayor de los Seragaki, el cual se encontraba plácidamente dormido en su enorme cama.
El maldito despertador no pudo esperar unos minutos más para soltar sus gritos chillones, causando molestia en los oído del propietario de la habitación
-mm- con resignación y cansancio apago el molesto ruido abriendo lentamente sus párpados dándole claridad a su visión- rutina diaria bienvenida- dijo con burla mientras se levantaba del cómodo colchón el cual le ordenaba que volviera a esconderse bajo las sábanas. Luego de estirarse ricamente se dirigió a su gran armario para tomar unas prendas limpias, antes de entrar a la ducha lo primero que hizo fue ver si la puerta estaba con llave, pues no quería volver a vivir en sus carnes el momento más vergonzoso de su vida. Aun recordaba esa vez que se estaba duchando y de la nada sintió como unas manos femeninas delineaban su cuerpo, las cuales no eran nada más que las manos de una sirvienta de la casa.

Al dar su baño por terminado se envuelve una toalla a la cintura dejando que las gotas desaparecieran en esta, tomando otra para secar su cabello. Antes de salir del cuarto de baño se toma un momento para ver su rostro en el espejo y verificar que sus marcas azules seguían en sus mejillas.

-otro día, mismas cosas- dice mientras toma un frasco de pastillas que se encontraban detrás del espejo- pastillas para el estrés ¿eh?, espero que esta vez si sirvan- en su mano se ven dos pastillas de color blanco de forma ovalada que pronto terminan en su boca- que amargas son- se viste correctamente, tomando rumbo a la mesa pues por lo menos debía beber una taza de café

-buenos días Ren-sama- le saludo cordialmente Kaori, una mujer mayor de 45 años de cabellos blancos atados en una pequeña coleta baja y de ojos de un hermoso color rosado-¿durmió plácidamente?, ¿quieres que le prepare algo?-

-gracias Kaori, dormí perfectamente- se sienta en la gran mesa, ya que siempre desayunaba solo- me gustaría solo una taza de café con unas tostadas-

-enseguida-hace una pequeña reverencia antes de ir a la cocina en donde vuelve con los alimentos pedidos- aquí tiene Ren-sama-

-gracias-

-por cierto Ren-sama-

-¿si?-

-me gustaría hacerle una pregunta-

-claro, la escucho-

-vera...como usted sabrá me queda muy poco tiempo para que terminen mis servicios en esta casa-

-lo sé y no sabe lo triste que me pone usted a sido como una segunda madre para nosotros-

-gracias, ustedes tambien han sido como unos hijos para mi...volviendo al tema, cuando mis servicios terminen me gustaría mucho que me permitieran elegir a mi reemplazo-

-¿que quiere decir?-

-lo que pasa es que desde que murió mi padre, mi hijo a hecho todo lo posible por aportar en los gastos de la casa, pero como estos tiempos son difícil me gustaría que nos dieran una mano...a lo que quiero llegar es...¿mi hijo puede ser mi reemplazo?-

-¿cuantos años tiene?-

-tiene cerca de 23 años-

-¿estudia?-

-desde que su abuelo murió dejo los estudios para ayudarme en los gastos de la casa-

-comprendo...tendré que pensarlo-bebe un poco de café- quiero que lo traiga mañana para que podamos conocerlo-

-muchas gracias Ren-sama-

-ahora puede retirarse-

-con permiso-

La comida transcurrió en total silencio, ya eran cerca de las 08:30 A.M, muy temprano como para ir a despertar a los tres hermanos por la simple razón de que el turno del profesor era de las 13:00 P.M a las 18:00 P.M, los gemelos no tenían clases ese día ya que los maestros iban a tener una junta, en resumen el único que se levanta temprano a romperse la espalda era él.

-sera mejor irme al trabajo, hoy no quiero recibir reclamos de mi padre por llegar un minuto tarde-arregla un poco su corbata antes de salir de casa

Su chófer lo estaba esperando con la puerta abierta, listo para partir a donde su jefe le indicara aunque claro no hay día soleado sin unas nubes negras, a tan solo unos pasos de ser libre llega la piedra del zapato

-Ren-san-se escucha una voz femenina bastante coqueta-¿te vas sin despedirte?- lo abraza

-Haruka estas muy cerca-

-¿tiene algo de malo?-

-si, ya te he dicho que tengo mi espacio personal-

-corrección, es nuestro espacio personal-

-te doy cinco segundo para que me sueltes,si no quieres que te despida-

-Ren-san eres muy malo-

-lo que tu digas- se sube al auto

-¿a la oficina Ren-sama?-

-si-

Al momento de llegar su rutina dio comienzo, nada más que papeleo, juntas, papeleo, uno que otro reclamo de algún empleado, hora de almuerzo, papeleo, otra junta. Faltaba poco para poder retirarse solo de la oficina, pues después tendría que hacer sus rondas sobre las otras empresas para verificar que todo estuviera en orden.

Odiaba los días lluviosos, sobre todo porque le causaban aburrimiento, cada día era lo mismo lo único nuevo fue la conversación que tuvo con Kaori , de vez en cuando pensaba que era un disco que solo mostraba la misma escena miles de veces sin descanso alguno.

-¿quiere ir a alguna parte señor?-

-solo quiero ir a casa-

-entendido-

-uuf- dio un largo suspiro, la temperatura del auto le estaba matando, era increíble como en una estación tan fría del años pudiera sentir tanto calor. Llevo su frente a la ventana para refrescarla en el frio cristal cosa que le sirvió para ver como un joven de cabellos blancos se encontraba completamente empapado con la vista perdida en el cielo, sin hacer nada para resguardarse de las gotas

-deten el auto-

-¿señor?-

-que detengas el auto por favor-al ver que el transporte se quedo inmovilizado, sale de este sin importarle que las gotas de lluvia lo mojaran-¿estas bien?-

-...-

-oye-

-la lluvia-

-¿eh?-

-la lluvia no es más que el llanto del cielo-

-¿que?-

-cuando uno muere solo se desase del cuerpo, pero los sentimientos siguen vivos por ello cada vez que una persona del cielo quiere desahogarse llueve-

-¿por que me dices eso?-

-solo queria decirlo jaja...por cierto soy Clear-

-Ren-

-mucho gusto Ren-san-

¿que es esto? siento una extraña sensación en mi cuerpo


Cuatro hermanos y un solo chicoTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang