Miranda's Unknown Secret (Draco Malfoy) EDITANDO

Beso forzado

En vez de ir al puñetero lago, como Blaise me volvió a pedir en cada uno de los intercambios de clase, me quedo en mi habitación encerrada durante toda la tarde tratando de no volver a encontrarme con él. 

Pansy y mi otra compañera desaparecen durante toda la tarde, probablemente están en la sala común burlándose de mi. Y sí, pienso que soy tan importante como para que se pasen toda la tarde hablando de mi. 

Dado que estoy autoconfinada en mi habitación puedo tomar libremente mi portátil y ponerme a ver la película de mis padres de nuevo. Una y otra, y otra vez... sin parar. 

En realidad no creo que sea bueno, ver a mis padres a través de la pantalla solo hace que florezcan en mi interior falsas esperanzas. No van a aparecer. No van a saltar de la pantalla y ha mostrarse de pie junto a mi. Nunca. 

Cierro el portátil bruscamente y giro la mirada hacia la ventana. Las vacaciones de navidad se acercan y la nieve está comenzando a caer débilmente. Me escuecen los ojos por las lagrimas contenidas sin derramar, y que me niego en rotundo a dejar caer. Pestañeo muchísimas veces antes de tan siquiera estar cerca de no derramarlas. 

En la cena me mantengo los más alejada posible de Blaise, aunque también mantengo las distancias con Pansy. Siento la mirada de alguien posada sobre mi, y aunque me cuesta un montón, mantengo mi mirada fija en mi plato aunque no es para nada interesante. 

La hora de dormir llega rápidamente pero cuando me acuesto en la cama no puedo evitar sentirme super activa, con demasiada energía acumulada. Esta vez sin tomar la capa del uniforme me dirijo a la sala común para con suerte tener un tranquilo momento a solas mientras observo el fuego crepitar. 

Al menos esa es la esperanza cuando llego allí y algo parecido a la felicidad momentánea mi invade. No hay nadie en la sala común por lo que me siento en el sofá de cuero frente al fuego, atraigo mis rodillas hacia mi pecho y apoyo encima los brazos. 

Las llamas se mueven de un lado a otro mientras juegan con las sombras de los objetos y calientan mi cuerpo. Es una sensación agradable y reconfortante. 

- Miranda- dice una voz que reconozco por haberla estado evitando todo el día. 

- Blaise- digo dando un bote en el sofá. Me llevo una mano al pecho mientras bajo mis piernas y apoyo los pies en el suelo. 

- Pensaba que estabas en la cama o algo...- dijo mientras se acercaba al sofá y se sentaba. Llevaba un pijama de cuadros azul oscuro, justo el tipo de pijama con el que imaginaba que dormían cada uno de los chicos de este colegio. 

Cuando se deja caer a mi lado, muy cerca de mi, en el sofá noto como cada uno de los músculos de mi cuerpo se tensan. Estar sola con un acosador en potencia no es el plan que tenia pensado para esta noche, ni para cualquier otra. 

- ¿Qué haces aquí?- pregunta mientras se inclina más cerca y apoya una gran mano en una de mis pequeñas rodillas desnudas. De hecho es otro de mis pijamas de raso de tirantas y pantalones cortos. 

- Necesitaba despegarme- trato de decir torpemente. Espero que esa torpeza lo se la tome como algo de chica loca enamorada o algo así, porque no lo es. 

- Sí, creo que tienes mucho en lo que pensar- dice mientras acaricia mi pierna subiendo hasta el muslo. 

¿Qué sabrá él sobre lo que tengo o no tengo que pensar? 

Me levanto de un salto y camino lejos del sofá tratando de alcanzar algún lugar seguro. 

- Te estas equivocando Blaise si piensas que tengo que pensar algo sobre ti. 

- Los dos sabemos que es por mi por quien estás así. No me entiendes por eso te cuesta concentrarte y comer...- dice mientras me alcanza rápidamente y estrella me espalda bruscamente contra la pared. 

Cuando digo bruscamente me refiero a cual... acosador agresivo o agresor sexual, todo muy serio. Todo el aire se me escapa de los pulmones cuando el dolor pulsa a través de mi espalda. Blaise baja sus manos hasta mis muñecas y las inmoviliza a los lados de mi cuerpo. 

- Crees que soy demasiado bueno para ti y que no puedes tener al menos algo de una sola noche conmigo, pero puedo decirte que eres lo suficientemente buena como para al menos ganar una noche a mi lado... 

- ¡No quiero una jodida noche contigo!- grito frustrada. Mi voz se entrecorta como si estuviese entrando en pánico.- ¡Ni siquiera quiero una vida entera! ¡No me gustas! 

Sus manos se aprietan alrededor de mis muñecas. Temo por un momento que pueda dejarme serias marcas. Trato de patear, pero el jodido de Blaise ha hecho una cosa muy a su favor. Ha puesto sus pies encima de los míos para que no pueda levantar mis piernas y golpearle las pelotas... Aunque aun me queda la cabeza o al menos hasta que... 

- Sí que quieres estar conmigo. Todas quieren- dice justo antes de plantar sus labios contra los míos y de estrellar mi cabeza contra la pared. 

Cuando hago un bruco movimiento para liberarme los labios de Blaise no me suelta y se aferran bruscamente a mi. Noto un sabor metálico en mi boca. Trato de mover las muñecas o los pies o lo que sea con tal de liberarme de esta tortura que me tiene entre la espada y la pared.