Capítulo 11

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Me coloqué el móvil en la oreja, escuchaba los tonos, iba por el segundo y no contestaba la llamada, maldecía el momento en el que decidí hacer esto. Iba a finalizar la llamada cuándo se escuchó una voz al otro lado.

-Hey nena, veo que has decidido llamarme, sé que no te has podido resistir a mis encantos.

-No sé cómo he llegado a esto...

-Tranquila, Nate Maloley está para lo que necesites y más.

-Supongo que sabrás que mañana estaré de camino a New York, pero necesito verte. Ahora.

-Esta mañana ni me habría imaginado esta conversación, ¿dónde nos vemos?

-Ven a recogerme, y ya pensaremos algo. No se lo digas a nadie, te lo ruego.

-Eso está hecho.

Colgué y subí disparada a la habitación, me puse unos vaqueros de tiro alto con un jersey blanco, recogí mi pelo en una coleta y me pinté los labios burdeos. Cogí algo de dinero, las llaves y guardé el móvil en el pantalón. Salí fuera y vi a un coche aproximarse hasta donde yo me encontraba, el coche paró en seco justo en frente y la ventanilla se bajó, y ahí estaba él.

-¿Subes o sigues pasando frío?

No dudé ni un segundo en hacer lo que me había dicho, mañana probablemente me arrepentiría.

Me senté en el asiento de copiloto, cruzamos las miradas y permaneció así hasta que decidí romper el silencio.

-¿A donde vamos a ir?

-Conozco un sitio no muy lejos de aquí.

Después de 15 minutos aparcó el coche y nos bajamos de él.

-¿Aquí es dónde traes a todas las demás? - reí, aunque en realidad no tenía mucha gracia.

-¿Tan mala fama tengo? Además, aquí solo te he traído a ti.

-Menudo halago Skate.

Le fulminé con la mirada, mientras entrábamos a la recepción del que gracias a dios no era el típico motel cutre de carretera.

-Una habitación doble, por favor.

El hombre de la recepción me miró de arriba a bajo, a lo que Skate respondió frunciendo el ceño y cogiendo de mala manera la llave de la habitación que le había dado.

Subimos dos plantas, nos llevó 15 minutos encontrar la maldita habitación. Giró la llave y abrió la puerta, era bastante espaciosa y no estaba nada mal para ser sinceros.
La puerta se cerró tras nosotros, Skate se acercó a mi boca y nuestros labios se juntaron de una forma que nunca había vivido. Sentía sus brazos en mis caderas, me agarré a su cuello mientras él besaba el mío. Le quité la camiseta, la cual acabó en un rincón de la habitación y el me quitó el jersey; el resto es historia.

Eran sólo la 1 de la mañana, y Nate y yo nos encontrábamos en la cama tumbados uno al lado del otro, él trazaba círculos sobre mi abdomen mientras yo intentaba aclarar mi mente. Después de un rato decidí coger el móvil el cual debía de estar echando humo de tantos mensajes, tenía como unos casi 20 de Lucía, no sabía si tirar el móvil por la ventana o tirarme yo. Los mensajes se resumía en cuándo te habías ido, dónde estabas, mañana tenemos que irnos pronto seguidos de un número importante de exclamaciones y emojis.

Me levanté de la cama y empecé a vestirme.

Nate se incorporó rápidamente

-¿A donde vas?

-Lo siento, tengo que irme, yo... Gracias por esta noche.

No me creía que yo estuviera dándole las gracias a Nate Maloley, eso no debía de pasar.

-No pretenderás que te deje ir sola, ¿no? Te llevo.

Se vistió en 5 minutos, y volvimos a su coche.

En un abrir y cerrar de ojos habíamos llegado, no quería irme, sinceramente.

Me despedí y entré a casa, Lucía estaba detrás de la puerta esperando a que volviera para responder todas sus preguntas.

-
Siento muchísimo haber tardado tantos meses en subir un capítulo, a penas tenía imaginación ni tiempo. Pero bueno aquí está el capítulo, quería darla un pequeño giro al asunto, ¿que creéis que pasará?

Lyd x

Right where you are | Jack Johnson & Cameron DallasWhere stories live. Discover now