One-Shot

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Él es hermoso.

Encantador.

Sexy.

Y brillante.

¿Qué más se podía pedir en un chico?

Pero claro, no hablaba con él. Su simple presencia me pone nerviosa. Me ruborizó a más no poder. Quiero reírme por lo nerviosa que estoy, pero no puedo, es como si la risa se atorara en mi garganta. Y escondo mi rostro en el brazo de Angela.

Lo bueno es que él no sabe que eso sucede. Las ventajas de ser invisible en el Instituto.

Él siempre llega con sus amigos, sonriendo y bromeando. Tiene una sonrisa muy linda. Hace que mi corazón lata mucho más rápido. En la puerta se encuentran con unas chicas, él hace un gesto con la mano para que pasen. Lucen encantadas y se ríen tontamente, incluso suspiran, algunas se sonrojan. No las culpo, probablemente ese sería mi misma reacción. Pero todos los días me aseguro de llegar antes, para observarlo. Se sientan en sus mismos lugares que siempre, justo en medio del aula. A veces creo que lo hacen a propósito.

-Te observa de nuevo -le susurra Mike con una sonrisita burlona, uno de sus amigos.

Edward se gira hacia donde estoy. Mierda. Me he quedado mucho tiempo observándolo. Nuestras miradas se encuentran, bajo rápidamente la mía, avergonzada.

Trato de concentrarme en el libro de texto. ¿En qué página estamos? No tengo ni la menor idea. Tal vez debería concentrarme más.

Solo tengo dos clases, lo cual en cierto punto agradezco. Cerca de él no puedo concentrarme. Angela se burla por eso. Tengo buenas notas, quiero ir a una buena Universidad y si las bajo dudo que me den una beca.

El profesor entra calmadamente al aula, nos observa frunciendo el ceño y con los ojos entrecerrados, parece que con esa mirada nos dice "Estúpidos adolescentes", es algo gracioso. Pero aun así, es un excelente profesor, sus clases nunca son aburridas. Edward siempre participa en ellas. Es inteligente. Al contrario de sus amigos, ellos simplemente son estúpidos.

Siempre tiene su cabello alborotado y cuando está nervioso se pasa una mano por su cabello. Tiene unos ojos color esmeralda muy hermosos. Alto, no tan musculoso como Emmett, su hermano, pero lo es.

Soy muy tímida hablando con él, bueno, con muchos de los chicos soy tímida. Angela dice que debería de hablarle. Claro, para ella es sencillo. Es linda, inteligente, además de simpática. Yo no tengo carisma, soy torpe, quizá sea inteligente pero nada linda. Y no me importa no serlo. La verdadera belleza está en el alma, al menos eso dice mi madre. Pero vivimos en un mundo superficial. Ahora a nadie le importa cómo eres por dentro, sino lo que eres por fuera. Y eso estúpido. ¿Qué pasa con nosotros? ¿De qué nos sirve ser guapos, lindos, si somos mierda por dentro? No entiendo.

Pero tenemos que vivir con eso. Somos la sociedad. Una sociedad asquerosa, pero lo somos.

La clase transcurre lentamente, el reloj tarda mucho en avanzar. Tomo las notas necesarias. Cuando por fin acaba la clase, me apresuro a guardar mis cosas y salir de clase.

Busco a Angela por el corredor. Muerdo mi labio.

-¡Oye! -escucho que gritan-. ¡Isabella! ¡Espera!

Me tenso al escuchar esa voz.

No puedo moverme. Me encantaría huir, esconderme en el baño de chicas o en alguna aula pero no tengo escapatoria.

-Hey, hola, olvidaste esto -me tiende mi libro de historia.

Levantó la mirada y me sonrojo. Mierda. No debería haberlo hecho. Escucho la voz de Angela diciendo "No te sonrojes. Si lo haces sabrá que te gusta. Trata de controlarte. Si claro como si eso se pudiese controlar.

"Nunca le digas fea a una chica"Where stories live. Discover now