Capitulo 8

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- Quiero fumarme un cigarro. - dijo Amanda, retorciéndose las manos.

- He perdido la cuenta de las veces que lo has dicho, Amanda. - contestó Kao sin apartar la vista de la pantalla del ordenador.
11 horas. 11 horas encerrados en un despacho.

- A ver, se que estáis todos muy cansados, pero esto no pasa de hoy. Llevamos dos semanas trabajando sin resultados y ya no soporto la mirada de superioridad que nos dirige Matthew Scott cada vez que nos ve, así que no saldremos hasta que hayamos terminado. - dijo Rose, pellizcándose el puente de la nariz.

Ninguno tenia buen aspecto. A Amanda se le había encrespado el pelo, Kao se había soltado la corbata y desabrochado los primeros botones de la camisa y a Simon le caían gotas de sudor por la frente. Maxwell se pasaba la mano por el pelo cada tres segundos, exasperado, mientras que Rose se había descalzado y andaba de un lado para otro con cientos de informes en las manos.

-¡Lo tengo!- dijo Maxwell de repente, levantándose de golpe. Todos se quedaron quietos, mirándole.- Una anomalía de 400.000 dolares, aquí.

Rose fue la primera en reaccionar,.

-Simon, mira el numero de transacción y dime a desde que cuenta se hizo la trasferencia y a que cuenta fue a parar el dinero. - dijo.

-La cuenta de la que salió el dinero pertenece a Black Enterprises, Rose. Aquí tengo el numero de la otra cuenta. - dijo, menos de dos minutos después.

-¿Quien es el titular?- dijo Kao. Todos se habían acercado hasta estar alrededor de el ordenador de Simon, así que todos pudieron ver el nombre que salia en pantalla.

Todos se quedaron atónitos.

-No puede ser...


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Erick Black. Ese era el nombre. Se habían quedado inmóviles.

-Pero esto no tiene sentido, no puede robar a su propia empresa...- dijo Maxwell saliendo de su asombro.

-Esto no me cuadra...- dijo Kao.- ¿Por que nos manda a buscar anomalías cuando la única es culpa suya?

Sin poder contener su enfado, Rose cogió los papeles y salio dando un portazo.

No se lo podía creer ¿acaso era una broma pesada? Se había pasado las ultimas dos semanas sin dormir y trabajando una media de 13 horas al día, así que en ese momento, a su enfado se le sumó el que tenia acumulado por falta de sueño y vida social. Ni siquiera se entero de que Riley la llamaba cuando llego al ultimo piso. Pasó de largo por delante de Erin y sin llamar, entro en el despacho.

Un sorprendido Erick la miraba desde su mesa. Rose había entrado en tromba, echa una furia y con mechones de pelo sueltos de lo que antes había sido un elegante moño.

-¿Se le ofrece algo, señorita Bailey?- dijo, después de reponerse de su sorpresa inicial.

-No haga como que no pasa nada.- dijo acercándose lentamente- ¿Se puede saber que es esto?

Le lanzó los papeles a la mesa, enfadada. Erick cogió los papeles tranquilamente, sin inmutarse si quiera ante la furia de su empleada, lo que hizo que Rose se enfadara mas aun. 

-No se que pretendía exactamente al encomendarnos esta tarea, pero le aseguro que ha sido una broma de pésimo gusto. - dijo Rose.

Erick levantó la vista de los papeles, por fin.

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