Capítulo 12.

4.9K 355 3
                                    

Entre cosas sin importancia, insultos disfrazados de bromas, y peleas por tonterías pasan los días al lado de Alex, la verdad es que papá está demasiado ocupado con su trabajo que no nos presta mucha atención, pero si no comienza a hacerlo pronto Alex y yo terminaremos por matarnos, cada momento que pasa nos declaramos la guerra, y aunque muy pocas veces cumplimos nuestras amenazas cuando lo hacemos suele de ser de una forma bastante fuerte.

Como aquella vez en que mezcle el jugo de manzana con jugo de betabel (me enteré que Alex lo odia) y el terminó escupiendo todo, pero valió la pena, ya que desde entonces no ha vuelto a beber del cartón de jugo, lo cual es un verdadero alivio.

A veces siento como si viviéramos solo para molestarnos, lo cual me lleva a pensar que si sigo a este paso jamás voy a recordar nada de mi pasado, y sinceramente en estos momentos poco me importa.

He sobrevivido a estas batallas y a estar encerrada todo el día en casa, mi ciudad no es muy emocionante, de hecho, hay muy pocas cosas que en verdad me hagan ilusión, y una de ellas es, sinceramente, hacerle la vida imposible al pobre de Alex.

En ocasiones me despierto y me preparo con un montón de insultos que dejé pendiente la noche anterior, y los disparo todos. Hay veces que termino perdiendo, y avergonzada me encierro en mi habitación.

De hecho, hay ocasiones en las que ni siquiera recuerdo si tenemos conversaciones que valgan la pena, porque creo que desde la partida de Keira no hemos tenido una de esas charlas profundas, lo cual me es extraño, de cierta forma, pero como ya he repetido, tampoco es tan importante como para que me quite el sueño.

Enciendo la radio y busco la canción más escandalosa que puedo encontrar, son las siete de la mañana y papá ya se ha marchado a la oficina, Alex sigue dormido, y yo estoy preparada para hacerle pasar un mal rato.

Comienzo a subir el volumen de a poco; ya tengo puestos unos tapones por si a caso, me escondo detrás de la puerta de la cocina, y subo el volumen de golpe.

Escucho un estruendo en la parte de arriba y luego fuertes pisadas de alguien que se dirige al piso de abajo, ya puedo imaginarme al pobre, le interrumpí un sueño fantástico, o eso espero.

-Que poco respeto tienes por los demás- grita, desde lo alto de las escaleras -Estás loca, déjame dormir, yo nunca te molesto cuando estas durmiendo, eso no es jugar limpio.

-En la guerra y el amor todo se vale- digo, con inocencia.

-Me vengaré, ya lo verás- dice, cruzándose de brazos -Haré algo tan terrible que no volverás a meterte conmigo de nuevo.

-Ya quiero verlo- digo, incrédula.

-Debes creerme, será mejor para ti- dice, levantando el mentón -Estarás preparada, y así no podrás echarme la culpa porque no te lo advertí.

-Estás muy seguro de ti mismo- digo, enarcando una ceja -Eso es muy malo, ya que tu propio ego puede hacerte caer.

Sonrío con malicia, y lo miro directamente a los ojos, lo cual me provoca un cosquilleo, pero decido ignorarlo.

-Lo mismo digo, querida Hannah- dice, enarcando una ceja -Los más habladores son los primeros en caer, y yo no pienso gastar más palabras contigo, yo voy a mostrarte de lo que soy capaz.

-Pues eso espero- digo, tomando la misma postura de él.

Somos completamente engreídos. Me cuesta creer que de verdad hubo un tiempo en que fuimos amigos, y aunque ahora estemos un poco molestos, sé que pese a todo nos apreciamos, y si tuviese un problema saldría corriendo detrás de él en su auxilio, y por obvias razones, estoy mas que segura de que si fuese al revés el también lo haría.

-Aun no olvido lo de las berenjenas tampoco- dice, y comienza a descender lentamente las escaleras, con aire arrogante -Ya verás Hannah, ya verás.

-Como digas- exclamo, quitándole importancia.

-Hagamos las pases solo por el desayuno- dice, caminando hacia la cocina -No quiero que salga algo desagradable en mi comida, con eso no se juega.

-Estoy de acuerdo contigo- digo, siguiéndolo.

-Perfecto- dice, y después de que me ayuda a preparar el desayuno, agrega -Es un día muy bonito, podríamos salir a caminar...

-O podríamos quedarnos en casa planeando nuestro siguiente enfrentamiento- digo, sonriente.

-Hoy no tengo ganas de pensar en cosas malvadas- dice, encogiéndose de hombros -Todavía me duele la cabeza por la forma tan amigable corma tan amigable con la que me despertaste.

-Te lo merecías- afirmo, bebiendo un poco de mi fresco jugo de naranja -Pero tienes razón, podríamos saltarnos la parte de las bromas para hoy.

-Suena interesante- dice, y se pasa una mano por el hombro -Aun me duele un poco el golpe que me diste el otro día.

-Pero si tan solo te resbalaste- digo, rodando los ojos -Juro que yo no hice nada para que te golpearas.

Estamos a punto de comenzar a discutir cuando la puerta principal se abre, ambos nos sobresaltamos y escuchamos que mi padre se dirige a nosotros.

-¿Qué pasa?- pregunto.

Mi padre, corre escaleras arriba, y tanto Alex como yo nos ponemos de pie y salimos en su búsqueda.

Lo encontramos en su habitación, desesperado, llena sus maletas.

-¿Qué haces?- pregunto, sorprendida.

-Tengo que irme- responde, y cierra una de las maletas -El jefe tiene una crisis y necesita que vaya a ayudarlo de inmediato, es una de esas cosas que no pueden esperar o todo se irá al caño.

-Pero... ¿Cuándo te vas?- pregunto, mirándolo correr por toda la habitación.

-Pues ahora mismo- dice, y termina de empacar sus cosas, exhala -Por suerte, nunca terminé de desempacar del todo.

No entiendo a que se refiere, y entonces, cruza el pasillo de vuelta a la salida.

-Cuídense mucho- dice, y me da un beso -Llamaré cuando esté en el hotel, espero volver dentro de dos días.

-Papá no puedes irte así- digo, con un hilito de voz.

-Claro que puedo, eres una adulta, el es un adulto- dice, sonriente -Pueden sobrevivir sin mi.

Y dicho esto alcanza un taxi que lo está esperando.

No, quiero gritarle que iré con él, pero es demasiado tarde, ya se ha ido, y me ha dejado a solas con Alex, esto es demasiado como para digerirlo rápidamente.  


Un corazón indestructible.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant