Twitter (Dani Auryn)

Capítulo 39

Entro en la casa y está todo oscuro, acepto por una luz que se deslumbra por el cristal de la puerta. Estoy asustada. Entro un poco más en el salón con el tacón en la mano apunto de clavárselo a quien haya entrado, cuando veo a Dani viendo mi estantería vuelto de espaldas nuestras fotos en los marcos.

-¿Cómo has podido entrar? -pregunto sobre saltándole-.

Ríe viendo tal como estoy con el tacón en mis manos, y yo hago lo mismo. Este chico es de lo que no hay.

-Hola bonita -acorta el poco espacio que queda entre ambos-, te recuerdo que Salva también tiene llaves de este piso -sonrie picaramente-.

-Ya le cogeré, ya -sonrió-.

-Siento si te ha molestado, solo quería hacer algo bonito... -se gira-.

Le cojo del brazo, acorto el poco espacio que hay. Me apetece besarle, así hago, no puedo aguantarme las ganas. Nos sentamos, me acaricia la cara y por un momento quizás me atrevería a decir que por primera vez, me da vergüenza que me toque...que me mire tan fijamente.

-Había pensado -rompo el hielo- que podría darte

Me interrumpe, se acerca y empieza a susurrarme, mira no puedo con este chico, susurros no.

-No quiero saberlo, quiero dejar que pase la noche. No me apetece tener sexo hoy, me apetece no sé...que me sigas contando cosas de tu vida, saber como eras de pequeña, que veamos fotos juntos, contarte como era mi vida antes de empezar Auryn, no quiero solo sexo contigo.

Me deja muda, sin palabras, no puedo decirle nada. Solo y exclusivamente me apetece besarle. Pasamos una noche con intimidad, contándonos nuestra vida anteriormente, incluso se nos pasa la hora corriendo, son las 4 de la mañana y le invito a que duerma hoy aquí, las chicas están con los chicos y duermen juntos asi que no me preocupa que vengan.

-Quedate a dormir -digo-.

-¿Lo dudabas? -ríe-, tengo el pijama en la mochila.

-Pero bueno, que poca vergüenza tienes -reímos-.

Vamos a la habitación pasando por demasiados mimos, incluso tengo ganas de decirle ''te quiero'', pero me aguanto. Vamos atravesando por medio pasillo el agarrado a mi espalda y andamos como si fuesemos nomitos. Nos caemos entre risas, como siempre, menos mal que la cama es blanda, aunque tal en la situación que estamos nos da exactamente igual.

-Preciosa -oigo a mis espaldas-.

-Dime bonito -me giro y me pongo a centimetros-.

-Me ha encantado el día de hoy.

-¡Y a mí bichito! -le digo-.

-¿Puedes decirme lo que me ibas a decir cuando estábamos cenando, Lucía? -pregunta nervioso-.

-Había pensado en darte una oportunidad, no puedo parar de pensar en todo este tiempo, en como nos conocimos, en todo, nunca llegué a pensar que mi ídolo podría hablarme y mucho menos tú... -finalizo-.

-Había esperado tanto esta frase, que aún no me creo me la hayas dicho -sonrie en la oscuridad-, todo esto venia porque queria hacerte una pregunta...

-Adelante -le digo-.

-¿Quieres venirte a vivir conmigo?