Especial de Navidad

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Último capítulo de "la de ojos marrones" .+ leer nota al final.

*

Narra Tyler.

Baje las escaleras rápidamente para poder llegar a la cocina antes de que mi estúpido hermano llegara.

Corrí hasta la cocina y me encontré con mi hermano que ya estaba comiéndose mi cena.

—¡Sal de aquí orca necesitada! —le grite para que se asustara y se ahogara con la comida.

Me reí fuertemente y me acerqué a él para darle palmadas por la espalda.

—¿Estas bien...? —me interrumpió.

—¡No, inservible bastardo! —se retiró de la cocina tosiendo fuertemente.

Inútil traga-comida.

Le reste importancia a mi hermano, y miré la mesa del comedor donde estaba llena de comida navideña, estaba adornada y se veía todo delicioso.

Abrí los ojos más de lo normal, lo había olvidado, hoy era noche nueva y tenía que estar listo para la gran cena.

Subí las escaleras, recordando así que le había prometido a sabrina escaparme con ella a un lugar para pasar la noche nueva allí.

Pero era tan gallina que ni siquiera hoy podía hacerlo, mis padres me castigarían de por vida esto era algo importante para ellos y más si venía visita a la casa.

Entre a mi cuarto destrozado.

Le voy a fallar por primera vez a sabrina y eso que prometí que nunca lo haría.

A penas teníamos cuatro meses de noviazgo y ya la iba a cagar. Me miré en el espejo e hice una mueca de asco.

—Eres demasiado feo cuando decepcionas a alguien —me dije a mi mismo mirándome en el espejo.

Salí de allí para irme a bañar.

***

Estaba en mi habitación, ya estaba listo y faltaba poco minutos para que la "gran visita importante" llegara a la cena navideña.

Solo quiero a mi chica de ojos marrones.

Me senté en mi habitación y abrí un cajón de una pequeña mesa que se encontraba al lado de la cama, saqué una caja de regalo y lo abrí.

Allí estaba el regalo de sabrina, quería dárselo el mismo día donde nos hicimos novios oficial, pero quería esperar.

Este era uno de los primeros regalos que había hecho con amor, y solamente quería dárselo a Sabrina.

Me asuste, al sentir golpes en mi puerta.

—¡Tyler, inútil baja ya! —gritó mi hermano, para escuchar los regaños de mi padre hacia él.

Seguidamente escuche otros golpes en mi puerta.

—¡Pejelagarto, mueve tu trasero hasta la cocina, pronto vienen los invitados! —exclamó mi padre, sonreí.

Mi madre empezó a regañarlo por decirme esos insultos pero en realidad estaba acostumbrando y mi padre siempre me lo decía bromeando, después de todo yo era su preferido y obviamente tenía que serlo, mi desarrollo fue un mejor resultado de esta perfección —recalcando que me señale completo— al lado de un trapo remojado como lo era mi hermano menor.

—Ty, ya baja cariño... ¡Tate no te comas las galletas!... ¿Eh Tyler? —reí, mi madre era tan perfecta.

Me dirigí  a la puerta y le abrí, lo primero que vi fue la gran sonrisa de mi madre, su cabello dorado parecido al de sabrina estaba perfeccionado en una coleta de caballo, sus ojos azules al igual que los míos me miraban con amor.
Sonreí para abrazarla. Tenía un vestido azul brillante y su maquilla era perfecto, admiraba a mi madre.

La de ojos marrones [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora