Capítulo 19: Cielo burdeos

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-¿por qué no me dijiste?-grita.

-no es algo que debo estar contando-respondo asustada, por fin Ethan sabe la verdad

-¡me mentiste!

Ethan camina por todo el garaje preocupado y respirando acelerado en cambio yo observo como Chris duerme, se cubre con sus manos, incluso yo con su suéter siento frío, me siento un poco culpable así que me quito su suéter y lo arropo con él.

-¿Quiénes eran los chicos?-grita

-cálmate-susurro-despertarás a Chris y a los dueños de la casa.

-¡que me digas!-dice arrojando muy fuerte las herramientas.

- Evan, Emil, Elliot Y Eduarte-me acerco gritando- ¡ya! ¿Contento?

-¡lo sabía!-dice arrojando todo a su alrededor.

Evan, Emil, Elliot Y Eduarte eran los mejores amigos de Ethan, los cinco iban al parque y solían practicar, era Evan nativo de Canadá, Emil de Alemania, Elliot de Francia y Eduarte de Brasil, todos eran de diferentes países pero tenían algo en común y era que sus nombres comenzaban con E por eso, junto a Ethan, eran conocidos como "los cinco E" además eran muy buenos en el futbol por eso recurrí a ellos.

-¡ya Ethan!-grito-no solucionarás nada.

Ethan logra calmarse, respira unos minutos y por fin decide dirigirme la palabra

-te mentí-se acerca a mí, aún sigue furioso y su mirada no se despeja de la mía, doy unos cuantos pasos atrás con miedo de que pudiera hacerme daño-ese día cuando me defendiste no dejé de pensar en ti.

-¿enserio?-pierdo el miedo y me mente se confunde aún más.

Él empieza a hablar pero un dolor fuerte en el pecho se lo impide, intento ayudarlo pero él me aparta, solo me deja con la duda y mi sueño termina en el momento en que Ethan grita con todas sus fuerzas del dolor, me levanto muy apresurada intentando buscarlo, pero ya no está. Cuando giro unos cuantos centímetros está Chris arreglando la bicicleta, los pequeños rayos de sol entran por el pequeño espacio de la entrepuerta, él baja unas cuantas herramientas y al mirarme limpia su pecho con un pequeño trapo.

-ya está lista-dice como si no fuera pasado nada, colocándose su suéter

-¿tu suéter?-suspiro confundida tocando mis hombros descubiertos

-desperté con él en mi pecho-sonríe y me da un pequeño beso en la frente-fue muy lindo que me arroparas con él, pero no debiste, pudiste haberte enfermado.

-pero no lo hice- suspiro contenta ¿será verdad que si hablé con Ethan esa noche? 

Miro el reloj de mi celular y ya son las cinco de la mañana, Chris baja la bicicleta, le ayudo a guardar las herramientas que estaba utilizando pero un mal tropiezo hace que todas las herramientas caigan y que las luces de la casa se prendan.

-¿Quién está ahí?-grita una voz muy gruesa que al fondo se escucha.

Chris y yo nos quedamos unos minutos de silencio esperando que todo se calmara pero todo fue peor, Chris me sostiene del brazo con mucha fuerza al escuchar unos cuantos disparos, empiezo a gritar tapándome los oídos, él me arrastra por el espacio estrecho debajo de la compuerta y una vez que estoy afuera Chris saca la bicicleta al instante en que los pasos se escuchan más cerca, Chris sale bruscamente del garaje y una vez ya montados en la bicicleta la luz del garaje se prende, Chris pedalea lo más rápido que puede, miro un segundo hacía atrás pero todo se vuelve más lento cuando logro ver que el hombre de voz gruesa sale por la puerta principal con un gran arma, apunta y dispara, cierro los ojos y siento como la bala logra pasarme al lado, respiro profundo y me sostengo fuerte de Chris, cuando tengo el valor de mirar ya estamos muy lejos de la escena, él se baja de la bicicleta, me alza con sus brazos y nos sentamos en un pequeño callejón, los dos tratamos de respirar más calmado y Chris coloca su mano en su rostro como si intentara pensar.

-eso-respira-fue intenso.

Al terminar esas palabras siento como un pequeño ardor invade mi pierna derecha, levanto un poco mi vestido que llega más arriba de mi rodilla y siento la sangre bajando por mi muslo.

-Chris-no puedo respirar y siento como todo me da vueltas.

Él me mira y enseguida revisa mi pierna, me acuesta y trata de tranquilizarme, rompe la manga de su suéter y lo divide en dos, con uno limpia la sangre y con el otro pedazo hace un nudo tapando la herida mientras yo sostengo fuerte su pierna intentando no gritar del dolor.

-la bala te rozó un poco-dice-no es grave.

Trata de sostenerme pero puedo levantarme bien solo ciento un pequeño dolor al caminar como cuando me raspo por alguna caída. Trato de montarme atrás de la bicicleta pero Chris sigue sin moverse.

-no puedo-sigue sentado tapando sus rostro con sus manos

-¿Qué pasa?-digo acercándome a él un poco coja.

-por mi culpa estas así.

-Chris-digo con una pequeña sonrisa-pase lo que pase, nunca me sentiré más segura que contigo.

Chris sonríe y se levanta, acaricia mi rostro y me besa sin importar que mucha gente pase a nuestro alrededor.

Después de recorrer media hora de camino pudimos llegar a mi casa, ya estamos en la terraza pero no podemos llegar y tocar, hay que encontrar la manera de entrar, examinando las posibilidades de poder entrar me volteo y Chris está ahí de pie con una escalera.

-¿Dónde la sacaste?

-hay una construcción a dos casas-sonríe.

Los dos tratamos de subir,  yo estaba adelante subiendo delicadamente gracias a la herida y chris estaba atras mio evitando que pudiera resbalar,él  me repetía que no mirara atrás, pero era inevitable, con cada paso que daba me recordaba cuando escapé de mi casa, ese día en que bajaba y veía como esas chicas me esperaban y yo me acercaba más a la muerte. Con más miedo que nunca logro abrir la ventana, Chris me ayuda a subir mi pie adolorido como fase final. Al entrar llego al cuarto de mi madre y aún está profundamente dormida al igual que mi hermano. Vuelvo a mi cuarto todavía coja y miro por la ventana, aún está Chris arriba.

-hoy fue un día extraño-sonríe-pero la pase bien contigo.

-¿esto se volverá a repetir?-sonrió mientras me acerco un poco más a él.

-esperemos que no-ríe-mejor seamos una pareja normal.

Chris baja y se va mientras yo me quedo viendo el gran aspecto del cielo, un gran rojo ¿podrá existir el cielo color burdeos?






Más allá de un sueñoWhere stories live. Discover now