No se querer a nadie que no seas tu.

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Quizás estemos hechos para odiarnos y seamos idiotas por estar intentando querernos, pero prefiero ser una idiota y besarte cuando te entre la duda de si vales para ser querido o querer, y robarte un beso y abrazarte porque todos merecemos ser amados, y yo lo hago, aún destinados a la soledad, nos aferramos el uno al otro, el fuego al hielo y al final, uno de los dos sale perdiendo, y como siempre, me toca a mí, por haber tocado el fondo, por no querer verte caer conmigo y que no sepas como salir.

Me ha tocado dejar ir todo lo que quiero, por eso te suelto la mano y te digo adiós por cada vez que nos hemos mentido, podríamos pasarnos mil noches despiertos echándonos pasado en cara, pero me miras, me sonríes y nos pasamos la vida dibujando corazones en la espalda del otro, y ya no sé cómo decirte que me voy, sin irme contigo.

Le he ganado el pulso a tu sonrisa, sin saber que sin tu sonrisa pierdo el corazón, las ganas y la cordura, y he vuelto a perder, a pedirte que vuelvas y me confíes el último secreto, el de nuestros labios diciéndose lo que nuestras voces temen decirse, y sí, te quiero con el corazón en banca rota por gastarme poesía en ti, mi felicidad, que no quiere volver.

Y no vuelves, pero te espero, y no me dices que vaya, pero me miras, y tu vacio me cala, así que lo dejo todo y tus brazos me parecen el refugio más estable que conozco.

Y volamos, y vuelo, hacía abajo sin darme cuenta de que estoy cayendo en picado por un precipicio que lleva tu nombre, pero no tu seguro, porque la seguridad de tus brazos la perdí nada más tocar el cielo y darme cuenta de que las nubes no son lugar para sentarse y mirar a los que se fueron y no has vuelto a ver desde que te sonrieron y te prometieron que todo estaba bien, que no pasaba nada, y al día siguiente bajo el suelo, y del suelo al cielo te decían los demás pero nunca he llegado a creerme esa estupidez, porque desde pequeña he sabido que me abrazaban cuando todo iba en contra.

Y tienes que saber lo mucho que duele querer a pesar de.

Así, con punto y final, como el amor, o la putada que es querer sin que el otro sienta que puedes ser alguien en su vida.

Me he puesto una canción triste en un día gris y he decidido salir a la calle con la esperanza de que alguien me mire y me sonría o me diga: 'Eh, tú, ojos tristes, estas preciosa, así, sin maquillar y despeinada, con el corazón roto y ojeras en el alma, o mirando hacia el cielo con los ojos a punto de estallar e inundar la ciudad', prometo sonreír o darle las gracias con miedo a que me quiera o le guste, ya sabes lo poco que me gustaba ver a alguien sufrir, por mí, pero ya sabes que no sé querer, a nadie que no seas tú.

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⏰ Última actualización: Dec 13, 2015 ⏰

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