12.

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Pasamos todo el día en aquella especie de cabaña en las montañas con las motos de nieve, tomando bebidas calientes o comiendo dentro del propio establecimiento.

Por la noche, a eso de las 9, volvimos a emprender rumbo a casa. Esta vez, a mi lado en el asiento de atrás iba Néstor, pues Matt quiso ir de copiloto para pasar a comprar algo antes de ir al apartamento y él sería quien elegiría el sitio.

Yo supuse que me dejé dormir del cansancio de todo el día haciendo cosas, pues solo recordaba estar oyendo el silencio del coche o el murmullo de la música en la radio y dejarme caer hacia un lado.

Sentí que me movían y yo hice ruidos para que me dejaran seguir durmiendo, estaba agotada.

Sólo era nuestro segundo día aquí y me encantaba porque estaba aprovechando el viaje todo lo que me permitía el cuerpo.

Oí murmullos, luego silencio y después alguien me cargaba, así que solo me acurruqué más en él hasta que oí la puerta del apartamento cerrarse.

Más pasos hasta llegar a mi habitación, que sabía que era la mía porque olía a mi perfume, y esa persona me dejó acostada sobre la cama.

En ningún momento me desperté ni supe quien me había traído al dormitorio porque, cuando quise pensar en quién había sido, ya estaba vencida por un sueño profundo.

Me desperté más tarde y miré el reloj. Eran las 11 de la noche y estaba sola en la habitación aunque con menos ropa que la que había traído, pues no tenía tantos abrigos encima ni las botas, así que me desperecé y salí al salón.

Me restregué un ojo cuando llegué a uno de los sofás y me dejé caer en él entre Josh e Ian mirando a los chicos hasta terminar de mirar a Mike.

-Tengo hambre. -Dije con voz de recién despertada y ellos rieron un poco mientras Josh me despeinaba más de lo que ya estaba.

-Te hemos dejado cena en el microondas. -Me respondió mi tío y asentí levantándome.

Entré en la cocina, encendí la luz y abrí el microondas viendo un plato con varias porciones de pizza en él, lo que me hizo relamer mis labios sacándolo y poniéndolo en la mesa.

Me saqué un vaso que llené de jugo de naranja y luego me senté a cenar poniendo la bebida junto al plato.

Cuando estaba por morder un trozo de pizza, una silueta se sentó a mi lado izquierdo, así que volví a poner el pedazo en el plato y a mirarlo con el ceño fruncido.

-¿Qué haces aquí? -Pregunté y se encogió de hombros.

-Hacerte compañía y cenar. -Néstor me quitó el plato y se comenzó a comer el trozo que había en él.

-¿No has cenado? -Me levanté a sacar otro plato mientras él cenaba y le llenaba un vaso de jugo para él también.

No iba a discutir porque me quitara la cena por dos razones, una era que no quería empezar esa rutina aquí, en mi viaje de ensueño, y la segunda era que, por lo que me decía, no había cenado y me lo confirmó a continuación.

-Estaba esperando a que te despertaras para cenar juntos. No quería que cenaras sola, sé que no te gusta. -Me senté y me serví con bastante asombro.

-Creí que no sabías nada de mí. -Comencé a cenar también.

-Llevamos viviendo y durmiendo juntos durante tres años, quiera o no, tengo que saber cosas sobre ti. -Me encogí de hombros y cenamos hablando de cualquier cosa.

Ian se sumó a nosotros más tarde, pero él se apoyó en la encimera detrás de Néstor y hablábamos de todo, nos reíamos, aunque solo nosotros dos, pues Néstor, según acabó de cenar en silencio, puso el plato en el lavavajillas y se fue.

I hate you, don't leave meWhere stories live. Discover now