Capitulo 51

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Yo solo sonrió forzosamente.

— Bueno, ya— Calum jala la mano de su hermano haciendo que suelte la mía—

— ¿Alguien está celoso?—ríe y de repente su cara de pone seria— ¿es tu novia?

Suelta una carcajada.

— Que suerte tienes hermano y tú— me señala— Cuídate, él no te conviene— hace un movimiento horizontal con su mano derecha en su cuello moviendola repetidas veces—

— Ella no es mi novia— mira hacia otro lado y por un momento me da tristeza—

— Entonces, ¿estás soltera?— se acerca a mí y retrocedo— No sé como tomar eso.

— Bueno basta, no la asustes. Cállate, si no quieres que te deje  abandonado como un perro aqui— Calum me agarra de la muñeca y me jala con él mientras su hermano se encoge de hombros, toma sus maletas y camina detrás de nosotros—

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— ¿Así que éste es tu auto?— dijo con asombro aquel, pero  Calum rodó los ojos como si supiera que iba a haber mas—

— ¿A quién se lo robaste? ¿De dónde? ¿Te persigue la policía? ¡Ya sé! Le robaste la tarjeta de crédito a mi madre y con eso lo compraste— dió un fuerte aplauso— Eso es, ¿dí en el blanco?

Calum abrió la cajuela y su hermano metió las maletas.

— Como dije, te callas o te dejo aqui abandonado como un perro— su hermano levantó las manos en señal de paz y Calum cerró la cajuela tan fuerte que los dos nos sobresaltamos—


Todo el camino Ben le hizo preguntas y Calum solo contestaba con monosílabos como "si", "no", o "que te importa" pero bueno... se lo merecía, hacia preguntas realmente incómodas.

Llegamos a la casa de los Hood donde Joy abrió la puerta y saltó hacia Ben como una adolescente, Calum solo giró los ojos.

— ¡Mírate! Pero que grande estas, ¡Pasa! ¡pasen!— dijo cuando se dió cuenta de la presencia de Calum y la mía—

— Oh, feliz cumpleaños querida.

Sonreí.

— Gracias.

— No hay de que— hizo una pausa— Ahora vengo— dijo para después retirarse a la cocina—

— Que bien se siente estar de nuevo en casa— Ben inhaló y exhaló—

— Claro que tú no la extrañas por que en la primera oportunidad te fuiste, ¿no?

Calum gruñó y juro que hasta pude ver que le salía humo de las orejas.

— Miren lo que preparé— dijo Joy entrando de nuevo a escena— ¿pero que hacen parados? Vamos a la sala.

Nos sentamos Calum y yo en un sofa y Joy y Ben en otro.

— Brownies— sonrió y puso la bandeja de plata en la mesa de centro

— Coman— dijo feliz—

Ben tomó uno entre sus dedos y masticó una parte.

— Delicioso— hizo un sonido de aprobación—

— ¡Vamos, _________! Pruebalos.

Tomé uno y lo probé, los mejores brownies de la historia.

— Muy buenos, señora Hood.

— Gracias— se sonrojó—

— Pruebalo— le susurré a Calum mientras le acercaba el brownie—

— No, gracias.

— Por favor, harás feliz a tu madre.

Calum rodó los ojos y comió el pedazo de brownie de mis dedos, paso la lengua por ellos a lo que yo solo me dí cuenta. Me guiño un ojo y masticó.

Si, este hombre es demasiado sexy en cualquier forma.

Al parecer Calum había cambiado de humor y empezamos una plática. Después de unos minutos una puerta se escuchó y pasos hacia nosotros.

— Cariño, ¿porqué hay tanto ruido? No me concentro— gritó esa voz varonil—

— Aqui estamos— gritó de regreso Joy—

— ¿Estamos? ¿A qué te refieres con que aqui...?— calló cuando llegó a la sala de estar, Ben se paró y caminó hacia él dandole un abrazo que solo los hombres dan—

— Bienvenido de vuelta, hijo. Te extrañé— expresó el señor Hod—

— _________— sonrió y caminé hacia él—

— Señor Hood— sonreí y estrechamos las manos—

Calum se levantó del sofá y caminó hacia él.

— Calum— se abrazaron a duras penas— Como te va.

Él solo se encogió de hombros.

— Bien— asintió el señor Hood y miró a Joy—

— Nosotros ya nos vamos— dijo Calum—

— Quedense a platicar un poco, por favor— suplicó Joy y Calum lo consideró, cabe mensionar que era la madrugada—

— Por favor— hizo un puchero Ben—

— Yo creo que será otro día, es muy tarde y _________ necesita descansar— les dió una cara de pocos amigos a aquellos dos y luego beso la mejilla de su madre con mucho afecto— Luego te vengo a visitar.

— ¿Lo prometes?

— ¿Cuándo te he fallado?

— ¿Cuándo no?— dijo el señor Hood y Ben rió, Calum rodó los ojos—

— Pues a mí nunca me ha fallado— Recalcó "nunca" la señora Hood—

— Te estaré esperando— prosiguió y nos acompañó hasta la puerta—

Calum todo el camino se la pasó callado y suspirando. No se llevaba bien con su padre y hermano pero era obvio que a su madre la adoraba. Una vez leí que no importaba si tu madre era un monstruo contigo o casi no estaban comunicados. Para un hijo su madre siempre sería Dios y la amaría hasta el fin de los tiempos.




My Bad Boy. (Calum hood) PAUSADAWhere stories live. Discover now