Capítulo VI

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Llegamos a una casa con un patio. En el interior hay muebles de madera y los sofás son de terciopelo,elegantes,como si fuesen del mismísimo rey. Allí está Afrodita jugando con un pequeño niño de cabello negro. Al verme,habla al pequeño y se levanta acercándose a mí.
-Lubna,la guerra ha acabado. Pero creemos que será mejor que vivas aquí con tu hijo. Bienvenida a Italia,bienvenida a Florencia-Afrodita.
Aclaro que antes vivíamos en Berlín,Alemania.
Miro con incredulidad al pequeño niño de ojos vivos,sonrisa angelical. No me puedo creer que vuelva a tener a mi niño frente a mí. Afrodita me explica que le han estado llamando por su nombre para que no se confunda y le han explicado al niño lo que ha pasado y por qué no he podido estar con él. Me acerco temerosa hacia él y me agacho quedando en cuclillas. Le saludo tiernamente y me pongo de rodillas. Le abrazo fuerte como para no volver a separarme de él. Unas lágrimas empiezan a brotar de mis ojos. Ha sido tanto tiempo sin verle... Me separo de él y le miro atentamente. Apenas puedo reconocer sus rasgos cuando tan sólo era un bebé. Le beso la mejilla demostrándole todo el amor que siento. Había soñado miles de veces con este momento y por fin se ha hecho realidad. Vuelvo a abrazarle.
-Te quiero mucho,hijo-Lubna.
-Y yo,mamá-Eleonard.

Prohibido rendirse [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora