c u a t r o

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Al llegar a casa encontré a mi madre recostada sobre el sillón, se veía realmente muy cansada, lo cual causó que me sintiera mal por ni siquiera tomarme el tiempo y la molestia de avisarle que llegaría tarde a casa. Pero por supuesto no podría dejar que durmiera ni un segundo más, si lo hacía lo único que causaría sería que al llegar a casa mi padre se soltara diciéndole mil maldiciones por estar de holgazana.

La removí un poco mientras la llamaba «Madre, despierta» repetidas veces, cuando me di cuenta de que no reaccionaba comencé a alarmarme, sentí como mi corazón tomaba un ritmo completamente fuera de lo normal y me sentía agitado. «¡Madre!», «¡Mamá!», «¡Mami, despierta! ¡Por favor!», no me di cuenta del momento en el que comencé a llorar hasta que pude sentir las lágrimas resbalarse por mis mejillas. Fue entonces cuando escuché esos pasos pesados y ruidosos bajar por las escaleras, y pude sentir también el abrumador olor a tabaco y humo, mi estúpido padre, lo que más me jodió fue escuchar su risa macabra y sin vergüenza.

-Oh, Dios, tengo un hijo tan idiota- dijo terminando de bajar las escaleras pero desde otro lado del salón.

-¡¿Qué le has hecho?¡- espeté. Volvió a reír.

-¿Yo? Yo no le hecho nada, has sido tú, ha sido tu culpa.

-¿M-mi culpa?- dije y mi voz tiembla, la impotencia se había mezclado de alguna forma con angustia y el peso de que yo he ocasionado esto. De alguna forma él siempre lograba meterme ese tipo de ideas en la cabeza.

La sedó, no era la primera vez, lo hacía cada vez que se hartaba de alguno de nosotros.

-¡¿Quién carajo te creías?!- me gritó. Fue hasta que sentí como tiraba fuertemente de mi cabello cuando me di cuenta de que se había acercado más a donde yo estaba- ¡¿crees que puedes volver a casa cuando quieras?! ¡¿acaso crees que soy tu idiota?!

No suelta mi cabello hasta que de un sólo tirón me lanza al suelo para después depositar un fuerte puñetazo sobre una de mis mejillas, después en la otra. Veo desde el suelo como se quita el cinturón que lleva puesto y lo dobla por la mitad, sé lo que viene a continuación y también sé que no puedo hacer nada para salir de eso, me limito tan sólo a cerrar fuertemente mis ojos y morder mi labio inferior «Va a pasar, va a pasar, va a pasar», «Sólo será un momento, sólo no pienses en ello» me repetía a mí mismo mientras recibía los golpes de mi padre sin dejar de morder mi labio inferior ni un segundo.

Entonces lo único que deseaba con todas mis fuerzas era a Luke, deseaba que estuviera aquí para mí, lo necesitaba, hubiera dado lo que fuera porque él llegara como en esas películas y libros de ficción justo a tiempo, justo en el momento adecuando para salvarme de esta pesadilla que vivía casi a diario, pero era la vida real y en la vida real eso no ocurre.

broken home ☪ mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora