Lo marchito de la vida [One-Shot Billdip]

Pedazos de memoria

Solo esto me queda, simples pedazos de memoria que flotan en mi cabeza y perturban mis pensamientos. Con temor a su contenido observé el sobre en mis manos, temblando, mi respiración se agitaba a la par de mis ojos recorriendo las letras azules en el papel: 'Te extraño".

Quisiera responder mas no tengo la fuerza necesaria para eso, ni el estado anímico o físico, simplemente estoy mal, realmente mal, aún así brindar una respuesta no serviría de nada, la carta llegó hace meses y fue ignorada como el resto del correo que me envía. Con dolor en mi corazón me levanté del sofá, caminando pesadamente hasta mi habitación para tirarme sobre el duro colchón, cerrando los ojos y sumergiéndome en ese mundo perfecto que solo vivía en mis memorias, quemando mi alma, hiriendo mi corazón.

—No recuerdes, no recuerdes —susurré mientras débilmente apretaba la sábana, pero fue demasiado tarde, los recuerdos empezaron a brotar como una corriente de agua desenfrenada y empaparon mi rostro, partiéndome a pedazos.

Amigos

La noche cayó en Gravity Falls, llevando a todos los pueblerinos a la cama, incluso al varón de los gemelos Pines, aquel joven que normalmente se desvelaba leyendo o mirando la luna, las estrellas, ahora se encontraba profundamente dormido entre sus sábanas. El sol ya comenzaba a asomar cuando me acerqué y me senté a su lado, mirándolo respirar, lento y constante, sin siquiera evitarlo varias lágrimas cayeron por mi rostro y mojaron la sábana. Solo éramos amigos y esa idea me torturaba, quería más y quería menos, quería que fuera mío y quería que se alejara, quería su amor y quería su odio, quería que esos confusos sentimientos desaparecieran. Horas después abrió los ojos lentamente y se sentó, son las siete de la mañana y necesitaba prepararse para un nuevo día, se talló los ojos y estiró la mano para apagar el despertador pero lo único que logró fue tocar los pétalos de una rosa.

—¿Qué es esto? —murmuró y volteó hacia la cama donde su hermana dormía profundamente, suspirando e ignorando aquella rara aparición prosiguió a cambiarse, no tenía idea de que fui yo quien se la dejó. Luego de varios minutos la sujetó y observó con detalle, nunca había visto una rosa con tales tonalidades entre blancas y lilas, tampoco sabía su significado, dejándola donde la encontró tomó la nota que acompañaba a la flor, la leyó e hizo una mueca.

La nota decía: Te tengo Ambivalencia.

Amor

Caminamos por el bosque en una mañana lluviosa, le gustaba andar por esa ruta y lo hacía todos los días estuviera o no acompañándolo, aunque nevara o lloviera. Hace dos días lo descubrió, el significado de la rosa y el propósito de la nota, descubrió que fui yo quien la dejó y me invitó a pasear solo por esa razón, creía que no lo sabía, pero claro que lo hacía. Respiré profundo con los ojos cerrados, dejándome empapar por la llovizna y la inminente caída de mi alto orgullo, debía confesarme y lo sabía, era el momento adecuado, pero, como siempre, el valor se va cuando más lo necesitas.

—Bill, tenemos que hablar —dijo en un intento de sonar serio, no contaba con que estaría temblando y que el miedo se notaría en cada paso que daba.

—¿De qué? —pregunté secamente, como siempre que sacaba conversación en silencios cómodos, lo miré de reojo y sonreí al ver su expresión de temor, de nervios, el pánico en su mirada era sumamente hilarante.

—La rosa, ¿por qué blanca? Lo habría entendido si fuera de ese color en su totalidad pero no lo era, estaba-

—¿Manchada? ¿Acaso sabes lo que significa que te den una rosa así, Pino? Azules, confianza; verdes, esperanza; violetas, autocontrol; negras, separación y tristeza, muerte y nocturnidad; grises, desconsuelo, y manchadas... Esas son mis favoritas, ¿sabes por qué? —detuve mi caminar para girarme hacia él, mirándolo con una sonrisa que lo hizo apartar la mirada, con cuidado me acerqué y lo tomé de las mejillas, pegando mi frente contra la suya y cerrando los ojos—. Amor, es amor.